DART se estrellará contra Dimorphos, un asteroide de 163 metros de diámetro que es la luna de otro asteroide, Didymos, de 780 metros. Didymos fue descubierto en 1996 desde los telescopios del desierto de Sonora, en Arizona. No es un peligro real para la Tierra, sino sólo el primer candidato escogido para probar y afinar la técnica.
Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional y miembro de la Real Academia de Doctores en España, valora: "Es preferible probar estas tecnologías mientras no tenemos ningún asteroide grande que suponga un peligro inmediato para nuestro planeta, de forma que podamos adelantarnos a los acontecimientos con tiempo". "Aunque pequeña, la probabilidad de que caiga una gran roca cada cierto tiempo no es nula. Conviene estar preparados".
DART, impactará contra la pequeña luna asteroide a una velocidad de 6,6 kilómetros por segundo. Esto ocurrirá a finales de septiembre de 2022, cuando el sistema Didymos se encuentre en su punto orbital más cercano a la Tierra, a unos 11 millones de kilómetros.
La misión costará alrededor de 324 millones de dólares, sin contar gastos del lanzamiento.
Ninguno de los asteroides presentan amenaza para la Tierra, la colisión permitirá copilar nuestras capacidades de modelado y predicción de la deflexión de asteroides. La colisión será posible gracias a la cámara que va a bordo de la nave, llamada DRACO, que usa un complejo sistema de navegación autónoma. Envían los datos en directo a la Tierra. Todo con el fin de destruirse.
LICIACube, es un satélite de la Agencia Espacial Italiana, se separará de la nave principal para captar en imágenes el momento del impacto y de la pluma de eyección elaborada.