Ahora, un grupo de biólogos ha publicado un estudio en la revista Science Advances, y nos descubren que los culpables de dicho dolor son la proteína TRPC5 y los odontoblastos. La primera se encarga de transmitir los estímulos que llegan a los dientes y la segunda tiene una función sensitiva que se acaba de conocer. Los odontoblastos son células transductoras de frío a través de la detección de frío mediada por TRPC5.
La proteína TRPC5 se encuentra en los túbulos, que son unos pasillos que van desde el esmalte hasta el nervio. Si el esmalte del diente está dañado, más fácil será la transmisión de la sensación fría.
La proteína que nos hace sentir frío, pero sin hacernos daño, como la sensación que provoca un chicle de menta, está en muchas otras partes del cuerpo como la piel o en la córnea de los ojos. Sin embargo, la proteína TRPC5 solo se encuentra en la boca, en los odontoblastos, que se encuentran junto a los nervios y fabrican la dentina. Y con el experimento que se realizó a ratones, se ha encontrado la capacidad sensitiva.
"La idea original del experimento era estudiar los mecanismos de frío", dijo Katharina Zimmerman, la primera en descubrir esta proteína y una de las investigadoras que han participado en este proyecto. Por lo que se modificó a ratones para que carecieran de la proteína TRPC5 y el resultado fue que no solo no sentían dolor aunque tuviesen los dientes dañados, sino que parecía que se les hubiera administrado un analgésico antiinflamatorio.Si este estudio se confirma en personas podría hacer que este descubrimiento abriera la puerta a desarrollar nuevos productos más efectivos que bloqueen los receptores y así poder ayudar a las personas que sufren este dolor.
Fuentes: El País, The New York Times, Science Advances