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viernes, 27 de mayo de 2022

LAS INGENIERAS DEL MEDIOAMBIENTE Y SUS CAPACIDADES PARA ELIMINAR RESIDUOS

En el planeta existen más de 320.000 especies distintas de plantas. Su existencia en sí supone un reto a la creatividad, pero además son una herramienta que puede resultar muy útil para mantener el entorno libre de compuestos tóxicos, metales pesados o plaguicidas. En el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), el grupo de Antonio Leyva trata de sacar el máximo partido a la Lemna, una especie capaz de “atrapar” el arsénico. Para lograrlo necesitan comprender primero qué genes concretos están involucrados en ese proceso capaz de absorber, descomponer y eliminar aquello que se desee.
Las plantas llevan millones de años haciendo de lo asombroso algo cotidiano. Sin embargo, el concepto de la fitorremediación implica un conocimiento previo; se trata de aprovechar la capacidad que tienen las plantas para adaptarse a situaciones de estrés medioambiental y secuestrar productos tóxicos dentro de sus células.

Normalmente las plantas acumulan los productos tóxicos en la vacuola, pero conociendo estos mecanismos y sabiendo cómo y cuándo son eficientes podemos utilizar la fitorremediación para abordar un problema que causa estragos en la salud, la alimentación y el medioambiente. Este mecanismo de defensa que caracteriza a las plantas es una vía de doble sentido, según cuenta el investigador, ya que algunas tienen la capacidad de prevenir la entrada de compuestos tóxicos en su interior y expulsarlos en caso de que hayan conseguido dicha entrada. Para Leyva explorar esta posibilidad resulta también imprescindible ya que se asegura la calidad de las plantas que nos sirven de alimento, como por ejemplo el arroz. 
El cultivo del arroz se hace mediante prácticas de inundación que evitan el crecimiento de maleza que pueda atraer plagas. Por ello, el alimento queda muy expuesto al arsenito, una forma química del arsénico completamente tóxica (está presente de manera natural en los suelos, contaminando el agua subterránea que más tarde se utiliza para regar los cultivos o cocinar alimentos). Este está formado por un cancerígeno que entra con gran facilidad en los haces vasculares de las plantas llegando directamente al grano. 

El objetivo del grupo es determinar los genes que permiten a las plantas sobrevivir en suelos con gran presencia de arsénico. Una de las cuestiones que todavía queda pendiente es identificar cuál es el regulador que está coordinando toda la respuesta de la planta a este contaminante. Aunque se ha identificado alguna proteína que está involucrada en la acumulación de arsénico, todavía queda dar con la clave del experimento. Las razones por las que la investigación decidió centrarse en la Lemna son varias, tal como comenta el investigador: “Esta planta es especialmente útil para eliminar metales pesados como el arsénico, pero no solo eso. También puede ayudarnos a resolver un problema que tenemos en todo el mundo, que es la contaminación por exceso de nutrientes en las aguas”. El científico se refiere así al proceso conocido como eutrofización: los fertilizantes, básicamente nitratos y fosfatos, enriquecen el agua haciendo que aumente la cantidad de algas en la superficie. Estas impiden la actividad fotosintética del resto de las algas sumergidas y disminuyen la concentración de oxígeno en el agua. Este empobrecimiento afecta a la supervivencia de toda la flora y la fauna acuática, incluidos los peces, que acaban muriendo asfixiados.

Lemna alberga también una posibilidad poco explotada; puede utilizarse como fuente alternativa de proteínas, algo fundamental para la sustitución de la carne, ya que esta planta tiene un perfil de aminoácidos que compite perfectamente con la soja: la cantidad de biomasa que produce esta planta, junto a la facilidad de crecimiento, la sitúan como una candidata perfecta para ser una nueva fuente de alimento para humanos y otros animales.

Cristina Navarro (CNB-CSIC) siempre ha estado interesada en los problemas ambientales y de contaminación. En el laboratorio de Antonio Leyva se encarga de estudiar las bases genéticas que confieren a determinadas plantas esa capacidad de tolerar y almacenar los compuestos tóxicos. Para ello, Navarro se centra en la variabilidad natural de Arabidopsis, una especie presente en la Península Ibérica. Para comprobar qué variedades de esta especie tienen más capacidad para almacenar compuestos tóxicos como el arsénico, la investigadora realizó un plan. 

Primero la científica siembra sus semillas en una placa que contiene medio sintético sin arsénico. Las plantas se cultivarán dentro de una cámara y con unas condiciones controladas de temperatura y luz. Aquí, las distintas variedades se desarrollarán en cuestión de días.

Posteriormente el experimento pasa a la siguiente fase: las mismas plantas se traspasan a placas con arsénico y sin él, se observa su desarrollo midiendo la longitud de la raíz al cabo de varios días: el crecimiento de la raíz en presencia de arsénico no es para todas las plantas igual, ya que algunas variedades son más tolerantes que otras. Mediante análisis genéticos y moleculares se puede determinar cuál es la mutación responsable de las diferencias entre estas variedades según cuenta Navarro. Pero la capacidad de tolerar al arsénico no se debe a un solo gen, sino que depende de muchos factores. Con total seguridad, se cree que tanto en Arabidopsis como en Lemna, todos estos mecanismos están regulados por un pequeño número de genes, y ese es el principal objetivo de la investigación: encontrar alguno de estos reguladores.

Si esta investigadora consigue dar con alguno de los factores importantes que regulan esta acumulación del arsénico en Arabidopsis, el grupo de Leyva sabría hacia dónde apuntar en el caso de la Lemna.

Fuentes: CSIC, BioTech.

sábado, 21 de mayo de 2022

HALLADO EL PRIMER RETRATO COMPLETO SOBRE EL MICROBIOMA ORAL

La diversidad del microbioma oral cambia de manera significativa con la edad, según los resultados de un nuevo estudio publicado hoy en la revista científica Biofilms and Microbiomes, desarrollado por el equipo científico de ‘Saca la Lengua’ del Centro de Regulación Genómica (CRG), dirigido por el Dr. Toni Gabaldón, con el apoyo de la Fundación ”la Caixa”. 

El estudio de 1.648 personas, de entre 7 y 85 años de edad, repartidas por todo el territorio español, revela la existencia de una tendencia parabólica que resulta en tres etapas distintas en la composición de microorganismos residentes en la boca.

Según los autores del estudio, los adolescentes tienen un microbioma oral muy biodiverso y que varía mucho entre personas, lo que quizás esté relacionado con cambios hormonales y de hábitos durante esta fase. Las personas de mediana edad tienen una biodiversidad más baja y además una composición más homogénea entre personas, representando una etapa de alta estabilidad. A partir de los 60 años, la biodiversidad y las diferencias entre personas aumentan de nuevo y de manera muy considerable.

Los autores del estudio se percataron de que la alta diversidad del microbioma oral en personas de edad avanzada era la causa del establecimiento de especies oportunistas raras, casi todas vinculadas a enfermedades orales como la periodontitis. Los autores postulan que la diferencia entre la edad media y avanzada puede deberse a diferencias en el sistema inmune, que al debilitarse con la edad hace que la cavidad bucal sea más susceptible a la colonización de especies oportunistas que serían normalmente rechazadas.

Con el objetivo de entender las características ambientales y/o de estilo de vida que influyen en el microbioma oral, los participantes del estudio rellenaron un cuestionario que examina 80 aspectos diferentes sobre el estilo de vida, la dieta, la higiene y la salud.

Los factores asociados a cambios importantes en el microbioma oral están vinculados a enfermedades crónicas como la fibrosis quística o en síndromes como el síndrome de Down, seguidos por los de estilo de vida como fumar. Cada uno de estos factores cambió el microbioma de una manera particular, resultando en una señal específica. También influyeron, aunque en menor medida, la celiaquía, la hipertensión o el uso de antibióticos.

El impacto de las relaciones sociales y familiares también influye sobre la composición del microbioma oral. Miembros de la misma familia – por ejemplo, padres e hijos, o dos hermanos o hermanas – tienen un microbioma más parecido que entre dos personas de diferentes familias. La asociación existe incluso entre los miembros de la misma clase escolar, un hallazgo que hace que los autores postulen que compartir el mismo entorno, aunque sea unas horas al día, puede afectar significativamente al microbioma oral.

Los resultados, que son el primer estudio de los cambios de la diversidad del microbioma oral con la edad, podrían acelerar el desarrollo de técnicas que usen la saliva para informar sobre el estado de salud de las personas.
«La salud bucal está conectada con todo el cuerpo humano. Por esta razón, la saliva contiene mucha información útil que puede proporcionar información complementaria a otras analíticas como las de sangre. Los resultados de ‘Saca la Lengua’ proporcionan un diccionario que ayuda a interpretar el lenguaje del microbioma oral de tal manera que, puede que un día, la muestra de saliva sea tan rutinaria como los análisis de sangre u orina» afirma el Profesor de Investigación ICREA Toni Gabaldón, responsable científico del proyecto ‘Saca la Lengua’, y actualmente jefe de grupo en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y el Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS).

El estudio ha descubierto que las personas con enfermedades crónicas como la fibrosis quística o en síndromes como el síndrome de Down tienen un microbioma oral diferente y característico. Las diferencias encontradas tienen relación con problemas específicos en estas personas. Por ejemplo, una mayor presencia de especies asociadas a periodontitis en personas con síndrome de Down, y una mayor presencia de patógenos oportunistas de las vías respiratorias en personas con fibrosis quística. Un mayor conocimiento del microbioma oral en estas personas allana el camino para tratamientos específicos que reduzcan estos riesgos, y que podrían consistir en pre- o probióticos específicamente diseñados con este fin.

‘Saca la Lengua’ es un proyecto de ciencia ciudadana impulsado por el Centro de Regulación Genómica y la Fundación ”la Caixa” que tenía como objetivo descubrir la variedad de microorganismos que viven en nuestra boca. La primera edición del proyecto fue lanzada en 2015 con el objetivo de determinar la relación del microbioma oral con las características ambientales y/o de estilo de vida entre adolescentes.

Tras el éxito del primer proyecto, en 2017 se lanzó la segunda edición de ‘Saca la Lengua’ con el objetivo de ampliar el primer retrato del microbioma oral con datos de otros grupos de edad o de pacientes de ciertas enfermedades como la celiaquía, la fibrosis quística, o en síndromes como el síndrome de Down.

El equipo científico de ‘Saca la Lengua’ visitó más de 30 centros educativos y centros cívicos en varias ciudades del territorio español. El equipo habilitó una furgoneta con los equipos necesarios para el procesamiento inicial de las muestras de saliva, recorriendo más de 7.000 kilómetros entre Barcelona, las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Madrid, Galicia, País Vasco y Aragón.

«Este se planteó desde un principio como un proyecto participativo, en el que la ciudadanía podía contribuir no solo con una muestra de saliva, sino también con las preguntas que debíamos explorar y la priorización de los datos a analizar» afirma la Dra. Elisabetta Broglio, Coordinadora de Ciencia Ciudadana en el CRG. «Entre asociaciones de pacientes, bares, museos, escuelas, centros cívicos y aulas de la tercera edad, todos se volcaron para formar parte del estudio. Sin esta participación masiva hubiera sido imposible conseguir unos resultados con este nivel de resolución.»

Fuente: BioTech

viernes, 20 de mayo de 2022

NUEVO MÉTODO QUE DESCRIBE LA EVOLUCIÓN DE LA BACTERIA DE LA TUBERCULOSIS

Un grupo de investigación del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha realizado el estudio más completo hasta la fecha de la evolución del grupo de bacterias patógenas que causa la tuberculosis, la enfermedad infecciosa más mortal en el mundo hasta la aparición de la covid-19. Utilizando un nuevo método, el equipo científico comprobó que al menos la mitad de los 4.000 genes del complejo Mycobacterium tuberculosis (MTBC) presentan mutaciones como respuesta a cambios en la presión de selección que ejerce el hospedador durante la infección o a los antibióticos. Los resultados se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

El complejo de Mycobacterium tuberculosis (MTBC) comprende un grupo de bacterias patógenas que provocan la enfermedad de la tuberculosis en humanos y otros mamíferos. Tiene alrededor de 4.000 genes, de los cuales se conoce la función de menos de la mitad. De las formas que afectan a los humanos hay nueve ‘familias’ principales que divergieron de un ancestro común y se diversificaron en diferentes regiones del mundo. Se calcula que una cuarta parte de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis sin desarrollar la enfermedad, lo que se conoce como tuberculosis latente.

El grupo de investigación del IBV-CSIC liderado por Iñaki Comas y Álvaro Chiner ha desarrollado una metodología nueva que permite estudiar la evolución de la mayor parte de estos 4.000 genes en respuesta a distintas presiones de selección externas desde que el bacilo de la tuberculosis comenzó a infectar humanos y otros mamíferos. “Hemos visto que al menos la mitad de los genes del MTBC ha estado, en algún punto de su trayectoria evolutiva, bajo selección positiva. Esto significa que han acumulado mutaciones y cambios como mecanismo de adaptación”, explica Álvaro Chiner Oms, el autor principal de este trabajo.

En los estudios anteriores apenas se había documentado este fenómeno en un 10% del genoma. “Entre estos genes tenemos, por ejemplo, genes de los llamados ‘sistemas de dos componentes’, que regulan la interacción entre el patógeno y su hospedador”, recuerda Chiner. “También encontramos epítopos, regiones reconocidas por el sistema inmunitario del hospedador humano, bajo selección positiva en el pasado, pero muy conservados en las cepas actuales”, resume el investigador. Para llevar a cabo este estudio se analizaron 9.000 cepas del complejo MTBC obtenidas en distintas partes del mundo.
Identificar genes causantes de la resistencia a antibióticos.

Además, el equipo del IBV ha identificado genes del complejo MTBC que acumulan mutaciones procedentes de tratamientos con antibióticos de segunda línea, aquellos que se usan cuando el procedimiento prescrito en la literatura médica no funciona. “Esto nos permite identificar potenciales determinantes de resistencia a antibióticos en pacientes que tienen infecciones multirresistentes a antibióticos”, señala Iñaki Comas. De hecho, un trabajo de la Universidad de Harvard aún no revisado por pares corrobora el efecto de uno de los candidatos propuestos, tanto en la asociación a multirresistencias como a la probabilidad de fallo de los tratamientos.

La principal ventaja de esta metodología es que permite discriminar variaciones históricas sufridas por un patógeno e identificar los genes involucrados con gran precisión, lo que permitiría comprobar si algunos genes evolucionan en respuesta a condiciones concretas. Por ejemplo, la introducción de los antibióticos a partir de la segunda mitad del siglo XX provocó un cambio en la trayectoria evolutiva de los genes implicados en la resistencia a este tratamiento, cambio que ahora se puede medir. “Hasta ahora, las aproximaciones que utilizábamos no nos permitían discriminar el efecto de estas presiones de selección históricas”, asegura Chiner.

En 2020, 1,5 millones de personas murieron de tuberculosis, y casi 10 millones la contrajeron. Esta enfermedad, causada por la transmisión de la bacteria Mycobacterium tuberculosis (MTBC), es curable y prevenible, y su erradicación es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas para 2030. El IBV-CSIC desarrolla varios proyectos para estudiar la bacteria causante de esta enfermedad, entre ellos el proyecto europeo TB-Reconnect, una Consolidator Grant del European Research Council liderada por Iñaki Comas. Además, la tuberculosis es uno de los focos de la PTI Salud Global del CSIC junto con otros retos infecciosos de impacto global como la covid-19 o la resistencia a antibióticos.

Fuentes: CSIC

REVELAN LA ESTRUCTURA Y EL MECANISMO DE LA PROTEÍNA ALFA-2MACROGLOBULINA

Un trabajo conjunto del Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB) y del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), detalla a nivel molecular el mecanismo que utiliza la molécula alfa2-macroglobulina humana (hA2M) para inhibir muchos tipos de endopeptidasas, unas enzimas que cortan otras proteínas y péptidos. Este peculiar mecanismo permite la inhibición de diferentes clases de endopeptidasas y los investigadores lo comparan de forma gráfica con una trampa de planta carnívora.

Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), son el resultado de nueve años de trabajo con técnicas avanzadas de criomicroscopía electrónica por parte de los equipos liderados por F. Xavier Gomis-Rüth, del IBMB-CSIC, y José R. Castón, del CNB-CSIC, en colaboración con la Unidad de Microscopía Electrónica del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Universidad de Leeds (Inglaterra).

La hA2M es una proteína muy abundante en el plasma sanguíneo humano que actúa como inhibidor de endopeptidasas (moléculas que degradan proteínas en procesos como la digestión o la señalización celular) y tiene otras funciones relevantes, como la respuesta inmune innata, la homeostasis (el equilibrio interno del organismo) y la defensa frente a patógenos. Su mal funcionamiento está relacionado con enfermedades como el Alzheimer, diabetes, progresión y crecimiento de tumores y enfermedades inflamatorias o cardiovasculares. Sin embargo, a pesar de un meticuloso análisis bioquímico durante más de 75 años, su estructura molecular no se había caracterizado hasta ahora.

Normalmente, los inhibidores de endopeptidasas funcionan con mecanismos del tipo 'llave-y-cerradura’, receptores moleculares que reconocen y se ensamblan de forma muy específica, lo que hace que “un inhibidor solo actúe frente a una o unas pocas endopeptidasas muy concretas”. Tal y como explica Gomis-Rüth, del IBMB-CSIC, la peculiaridad de la hA2M es que “puede inhibir muchas clases de endopeptidasas de manera inespecífica”.

Castón, investigador del CNB-CSIC, destaca la peculiaridad de hA2M que “toma las proteínas que debe inactivar mediante un mecanismo de ‘trampa’, comparable al de las plantas carnívoras: cuando un insecto toca un ‘gatillo’ en el fondo de la planta abierta, se dispara un mecanismo de cierre que atrapa la presa.” De modo similar, cuando una endopeptidasa entra en la hA2M, se dispara “una reordenación ultrarrápida de su estructura de tetrámero, que da lugar a un tetrámero cerrado: una especie de jaula de la cual la endopeptidasa, como si fuera una presa, no puede escapar”.

Daniel Luque, científico del ISCIII concluye: “en este proceso también se exponen en la superficie segmentos de la molécula que están escondidos en la forma abierta, de forma que el complejo formado por hA2M y su diana puede ser reconocido por las células que se encargarán de eliminarlo de la circulación sanguínea”.

“Es así como la hA2M actúa como un cazador dentro del torrente sanguíneo en busca de peptidasas que hayan terminado sus funciones biológicas y deban eliminarse”, explican los investigadores.

Fuentes: BioTech

LA PRIMERA IMAGEN CAPTADA DEL AGUJERO NEGRO DEL CENTRO DE LA GALAXIA

Un equipo internacional de investigadores ha captado la primera imagen histórica de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea. Este resultado constituye una evidencia abrumadora de que el objeto es realmente un agujero negro y aporta valiosas pistas sobre el funcionamiento de estos gigantes que, se cree, residen en el centro de la mayoría de las galaxias. La imagen ha sido obtenida por un equipo de investigación global, la Colaboración del Telescopio del Horizonte de Sucesos (del inglés Event Horizon Telescope, EHT), utilizando observaciones con una red mundial de radiotelescopios, que funciona como un telescopio virtual del tamaño de la Tierra. Los resultados del equipo EHT se publican hoy jueves, 12 de mayo, en una edición especial de The Astrophysical Journal Letters.

La imagen representa una visión largamente esperada del enorme objeto que se encuentra en el centro de nuestra galaxia. Investigaciones anteriores habían detectado estrellas girando alrededor de un objeto invisible, compacto y muy masivo en el centro de la Vía Láctea, lo que sugería que este objeto –conocido como Sagitario A* (nombrado Sagitario A estrella o Sgr A*)– es un agujero negro. La imagen que se difunde hoy proporciona la primera evidencia visual directa de ello. 

Aunque no podemos ver el agujero negro en sí, ya que se trata de un objeto totalmente oscuro, el gas brillante que lo rodea muestra una firma reveladora: una región central oscura (llamada sombra) rodeada por una estructura brillante en forma de anillo. Esta nueva visión capta la luz doblada por la poderosa gravedad del agujero negro, que tiene una masa de cuatro millones de veces la del Sol.

“Nos sorprendió lo bien que coincidía el tamaño del anillo con las predicciones de la Teoría de la relatividad general de Einstein", señala el científico principal del proyecto EHT Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica, Academia Sínica (Taipei). "Estas observaciones sin precedentes han mejorado enormemente nuestra comprensión de lo que sucede en el centro de nuestra galaxia y ofrecen nuevos conocimientos sobre cómo los agujeros negros gigantes interactúan con su entorno”.

Debido a que el agujero negro se halla a unos veintisiete mil años luz de la Tierra, desde nuestra perspectiva su tamaño en el cielo es, aproximadamente, el de una rosquilla en la Luna. Para obtener la imagen, el equipo empleó el poderoso Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), que unió ocho radiotelescopios distribuidos a lo largo de todo el planeta para formar un solo telescopio virtual del tamaño de la Tierra.

El EHT observó Sgr A* varias noches recopilando datos durante numerosas horas seguidas, de forma similar al uso de un tiempo de exposición prolongado en una cámara fotográfica. Entre los radiotelescopios que forman el EHT, la antena IRAM de treinta metros situada en Sierra Nevada (Granada) ha jugado un papel esencial en las observaciones que han permitido obtener la primera imagen del agujero negro en SgrA*.

Este nuevo hito continúa la senda de la colaboración EHT, que en 2019 difundía la primera imagen de un agujero negro, M87*, situada en el centro de la galaxia más lejana: Messier 87.

Los dos agujeros negros se ven notablemente similares, a pesar de que el agujero negro de nuestra galaxia es más de mil veces más pequeño y menos masivo que M87*. "Tenemos dos tipos completamente diferentes de galaxias y dos masas de agujeros negros muy diferentes, pero cerca del borde de estos agujeros negros se ven increíblemente similares –apunta Sera Markoff, copresidente del Consejo Científico del EHT y profesor de astrofísica teórica en la Universidad de Ámsterdam–. Esto nos dice que la Relatividad General gobierna estos objetos de cerca, y cualquier diferencia que veamos a mayor distancia se debe a diferencias en el material que rodea los agujeros negros".

Este resultado fue considerablemente más difícil que el de M87*, a pesar de que Sgr A* se halla mucho más cerca. El científico del EHT Chi-kwan Chan, del Observatorio Steward y del Departamento de Astronomía y del Instituto de Ciencia de Datos de la Universidad de Arizona (EE UU), explica: "El gas en las proximidades de los agujeros negros se mueve a la misma velocidad -casi tan rápido como la luz- alrededor de Sgr A* y de M87*. Pero, mientras que el gas tarda entre días y semanas en orbitar alrededor de M87*, más grande, en Sgr A*, mucho más pequeño, completa una órbita en cuestión de minutos. Esto significa que el brillo y el patrón del gas alrededor de Sgr A* cambiaban rápidamente mientras la Colaboración EHT lo observaba: era un poco como intentar tomar una foto clara de un cachorro que persigue rápidamente su cola".
Nuevas herramientas de observación

El equipo tuvo que desarrollar nuevas y sofisticadas herramientas que dieran cuenta del movimiento del gas alrededor de Sgr A*. Mientras que M87* era un objetivo más fácil y estable, en el que casi todas las imágenes se veían igual, ese no era el caso de Sgr A*. La imagen del agujero negro Sgr A* es un promedio de las diferentes imágenes que el equipo extrajo, revelando finalmente el gigante que reside en el centro de nuestra galaxia por primera vez.

El esfuerzo ha sido posible gracias al ingenio del equipo de más de 300 personas de 80 institutos de todo el mundo que forman la colaboración EHT. Además de desarrollar complejas herramientas para superar los retos que ha supuesto obtener la primera imagen de Sgr A*, el equipo trabajó rigurosamente durante cinco años, utilizando supercomputadoras para combinar y analizar sus datos, todo ello mientras compilaban una biblioteca sin precedentes de agujeros negros simulados para comparar con las observaciones.

“Estudios previos, galardonados con el Premio Nobel de Física en 2020, habían demostrado que en el centro de nuestra galaxia reside un objeto extremadamente compacto con una masa cuatro millones de veces mayor que nuestro Sol. Ahora, gracias al EHT, hemos podido obtener la primera confirmación visual de que este objeto es, casi con toda seguridad, un agujero negro con propiedades que concuerdan perfectamente con la Teoría de la Relatividad General de Einstein”, afirma José Luis Gómez, miembro del Consejo Científico del EHT y líder del grupo del EHT en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Las investigaciones con el EHT forman parte fundamental del proyecto estratégico Severo Ochoa del IAA-CSIC.

Fuente: CSIC

viernes, 29 de abril de 2022

POSIBLE ANOMALÍA FETAL POR LA INGESTA DE FRUCTOSA

Durante la etapa perinatal, la salud materna juega un papel clave en el correcto desarrollo de la descendencia. Estudios han demostrado cómo una incorrecta nutrición durante la gestación o la presencia de patologías como la obesidad o la diabetes pueden provocar la aparición de enfermedades cardiovasculares o alteraciones metabólicas en los descendientes. Es lo que se conoce como programación fetal y la placenta ejerce un papel clave. Controla la llegada de nutrientes y protege al feto. Así, tanto situaciones de desnutrición como de sobrenutrición materna pueden provocar en los descendientes, una vez adultos, una alterada respuesta hormonal y metabólica, un mayor estrés oxidativo y modificaciones epigenéticas
El consumo de fructosa, se ha relacionado con el aumento en la incidencia de enfermedades tales como la obesidad, el síndrome metabólico, el hígado graso no alcohólico y la resistencia a la insulina. Al añadirlo en bebidas azucaradas y alimentos procesados de forma exponencial, de manera paralela han aumentado la incidencia de todas estas patologías. Estudios en animales evidencian que el consumo de fructosa durante la gestación conduce a alteraciones metabólicas en la descendencia. Aún así, el consumo de bebidas azucaradas no está contraindicado durante la gestación.
En estudios previos realizados por nuestro grupo de investigación demostramos que el consumo de fructosa durante la gestación provoca dislipemia, acumulación hepática de triglicéridos y una disminuida respuesta a leptina en las ratas gestantes, junto con una alterada respuesta a leptina y esteatosis hepática en los fetos. Un hecho sorprendente fue que solamente los descendientes macho de madres que consumieron fructosa durante la gestación (madres-fructosa) presentaron una alterada respuesta a la insulina y bajos niveles de adiponectina en sangre. En cambio, la descendencia hembra no presentaba ninguna de estas alteraciones. Sin embargo, este fenotipo patológico se encontraba oculto, ya que cuando estas descendientes fueron expuestas de nuevo a fructosa en la edad adulta, las hijas de madres-fructosa presentaron una clara dislipemia y esteatosis hepática.
Se utilizaron ratas gestantes descendientes de madres que habían consumido fructosa en la gestación (madres-fructosa), a las cuales se les administró agua suplementada (FF) o no (FC) con fructosa durante su gestación. Además, se incluyó un grupo control de gestantes que nunca recibió fructosa (CC).

Se pudo demostrar cómo el consumo de fructosa líquida durante el embarazo provoca una programación fetal anómala en la descendencia hembra. A estas ratas gestantes se les realizó un test de tolerancia oral a la glucosa el día 20 de gestación, observándose un aumento en los niveles de glucosa en plasma cuando fueron expuestas de nuevo a fructosa durante la gestación (FF). Ambos grupos de gestantes procedentes de madres-fructosa (tanto FC como FF) mostraron una incrementada secreción de insulina. Esta mayor insulinemia se mantenía en ambos grupos de gestantes el día 21 de gestación. Por tanto, la gestación es capaz de afectar a la respuesta a insulina en las descendientes de madres-fructosa y estos efectos son debidos a un proceso de programación fetal, ya que se observó incluso en las gestantes que no consumieron fructosa durante su gestación (FC). Es más, los fetos de estas gestantes también mostraron mayores niveles plasmáticos de insulina. Igualmente, se hallaron elevados niveles de leptina en plasma en ambos grupos de gestantes que eran hijas de madres-fructosa (FC y FF).

Además, se ha demostrado cómo en situaciones de resistencia a la insulina hay rutas metabólicas activadas por esta hormona que dejan de funcionar, mientras que la síntesis de lípidos se mantiene. En consecuencia, en el experimento se observó una clara acumulación de lípidos en el hígado de las descendientes de madres-fructosa (FC y FF). Y, aunque la fructosa es un sustrato lipogénico , esta esteatosis hepática fue debida a la activación de la expresión de los principales genes y factores de transcripción lipogénicos, tanto en las gestantes que consumieron fructosa (FF) como, sorprendentemente, en las que no (FC). Incluso este efecto se observó también en sus fetos. Interesantemente, en los fetos de gestantes que no consumieron fructosa en su gestación (FC) apareció una incrementada peroxidación lipídica.

Es importante remarcar que esta programación fetal provocada por la fructosa era tan evidente que las descendientes preñadas que no consumieron fructosa durante su propia gestación (FC) mostraban efectos tan perjudiciales como las descendientes a las que sí se reexpuso a fructosa (FF). Los fetos de estas descendientes de madres-fructosa, también presentaron los mismos efectos nocivos que sus madres tanto en su metabolismo como en la respuesta hormonal, además de una mayor peroxidación lipídica. Se pone de manifiesto la importancia de unos correctos hábitos nutricionales durante el embarazo, ya que una excesiva ingesta de bebidas edulcoradas ricas en fructosa podría suponer un peligro para la salud tanto de las madres gestantes como la de sus hijos y nietos.

Con las reservas de extrapolar los resultados de animales de experimentación al ser humano, los hallazgos del presente trabajo podrían explicar porque durante la gestación en mujeres aparentemente sanas surgen alteraciones metabólicas y/o en la respuesta hormonal durante el embarazo, incluso tras haber seguido todas las recomendaciones médicas aconsejadas en este periodo.

Fuentes: GenotipiaBioTech, American Physiological Society Journal.

viernes, 18 de marzo de 2022

DESCUBREN MOLÉCULAS QUE COMBATEN EL EFECTO DE LA HEPARINA

Un estudio llevado a cabo por científicos del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto y sintetizado varias moléculas que inhiben el efecto del fármaco anticoagulante más común. Este fármaco es muy útil para tratar a enfermos en riesgo de sufrir trombos, pero en muchas ocasiones es imprescindible bloquear su actuación cuando estos pacientes se enfrentan a intervenciones quirúrgicas para evitar sangrados descontrolados. Dos de estas moléculas se han probado, con muy buenos resultados, en ensayos con ratones, lo que podría ser el paso previo para diseñar posibles fármacos. Los resultados de la investigación han sido patentados y publicados en la revista The Journal of Medicinal Chemistry (ACS).

En el 2018 la prueba de concepto se publicó como hot paper en la revista Angewandte Chemie International Edition, en la que los investigadores utilizaron sistemas químicos combinatorios dinámicos y consiguieron una molécula sencilla que inhibía in vitro el efecto de la heparina, el fármaco anticoagulante más usado. En este trabajo, el equipo liderado por Ignacio Alfonso, del Instituto de Química Avanzada de Cataluña MOLÉCULAS Q, ha utilizado esta misma metodología para un cribado más amplio, lo que les ha llevado a descubrir moléculas con mayor potencial que han podido dar el salto a ensayos ex vivo e in vivo con ratones. “Los ensayos de coagulación con ratones muestran que las moléculas optimizadas son potentes antídotos con uso potencial como fármacos de reversión de la heparina”, explica el investigador.

La heparina se utiliza ampliamente en clínica principalmente como anticoagulante, pero también como antiviral y anticanceroso. Además, su uso se ha revitalizado aún más con la pandemia de la covid-19, ya que actualmente se está usando como tratamiento preventivo de los trombos producidos en enfermos de coronavirus y en embarazadas. “Aunque es uno de los fármacos anticoagulantes más comunes, no está libre de peligros, y es fundamental contar con una eficiente y variada batería de antídotos” señala Alfonso.

“El tratamiento con heparina es muy común en enfermos con riesgo de presentar trombos sanguíneos. Sin embargo, en algunos casos se dan reacciones alérgicas o sobredosis, que producen la aparición de importantes hematomas o incluso hemorragias incontroladas”, destaca el investigador. “Esto es especialmente crítico en enfermos bajo tratamiento con heparina que necesitan ser intervenidos quirúrgicamente de manera urgente o imprevista (por ejemplo, tras un traumatismo severo o un accidente cardiovascular). En estos casos la inhibición de la heparina circulante en el torrente sanguíneo es imprescindible para evitar complicaciones por sangrado excesivo”, añade. Actualmente el sulfato de protamina es el antídoto que existe para neutralizar la acción de la heparina, pero se trata de un fármaco de alto peso molecular, por lo que puede conllevar inconvenientes. No existe hasta la fecha en el mercado ninguna molécula pequeña que inhiba el efecto anticoagulante de la heparina. 

En este trabajo se ha utilizado de nuevo la metodología basada en la química combinatoria dinámica que aúna en un único proceso la selección, identificación y preparación de moléculas para una determinada aplicación, acelerando el desarrollo de nuevos compuestos funcionales. La limitada información estructural y la heterogeneidad de la molécula de heparina la convierten en una buena candidata como modelo en química combinatoria dinámica, ya que esta metodología no requiere un conocimiento detallado de la estructura de la molécula diana.

“Los resultados obtenidos de esta investigación subrayan el éxito de esta metodología. Además, se ha encontrado una excelente correlación entre los resultados del cribado y la inhibición de la heparina con ensayos enzimáticos in vitro, de los que se obtuvieron una pequeña colección de moléculas con buena actividad. De esta batería de moléculas, dos de ellas presentaban actividades in vitro significativamente mejores que las obtenidas en 2018, y por lo tanto se probaron en ensayos in vivo obteniendo excelentes resultados”, explica el investigador. “Este estudio representa una validación definitiva de nuestro enfoque”, concluye Alfonso.

Fuente: CSIC

EL GEN CAUSANTE DE LA LEUCEMIA LINFOCÍTICA CRÓNICA

Investigadores del CSIC, con el apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer, lideran un estudio que ha identificado un gen que, sin necesidad de mutaciones, causa leucemia linfocítica crónica, la más común en personas mayores de sesenta años. El hallazgo, publicado en la revista Molecular Cancer, muestra que más del 82% de los pacientes con esta patología expresan niveles altos del gen RRAS2 y que las cantidades más altas de presencia del mismo se relacionan con leucemias más agresivas.

“Este hecho, junto con la identificación de un marcador en el gen, un polimorfismo, nos permite plantear que la mayor parte de las leucemias linfocíticas crónicas en humanos están causadas por la sobreexpresión de RRAS2”, explica el director del estudio, Balbino Alarcón, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM).

Gracias a este descubrimiento, el gen RRAS2 se perfila como un marcador inequívoco en la detección de la leucemia linfocítica crónica y abre las puertas a la exploración de nuevos tratamientos. “Creemos que la proteína codificada por este gen puede ser un blanco importante para la generación de nuevos fármacos eficaces en el tratamiento de esta enfermedad”, asegura Alarcón.

Los cánceres aparecen por la acumulación de daños en los genes de las células del organismo. La búsqueda de genes concretos como responsables de distintos tipos de cáncer, los oncogenes, se desarrolla mediante la identificación de mutaciones. Estas provocan cambios en la secuencia de aminoácidos de las proteínas codificadas por los oncogenes. Sin embargo, en el estudio liderado por el CSIC se ha descubierto que RRAS2 causa leucemia linfocítica crónica sin mutaciones en su secuencia de aminoácidos.

La relevancia de este dato radica en las formas de detección, pues el marcador de la posible presencia de cáncer no se basa en la mutación, sino en la propia cantidad del gen en el organismo. “Hemos observado que la expresión en cantidades por encima de lo normal del gen RRAS2 sin mutaciones en ratones es suficiente para provocar la aparición de leucemia linfocítica crónica en todos los animales”, concluye Alarcón.

Por la tanto, este estudio ha permitido conocer más información acerca de la leucemia linfocítica crónica, a través del estudio del gen RRAS2.

Fuente: CSIC

LA PROTEÍNA QUE PROTEGE AL CEREBRO DEL ALZHÉIMER

Un equipo de investigadores del CSIC ha mostrado que una proteína denominada LRP3, poco conocida, controla los niveles de beta amiloide, la proteína que se acumula en el cerebro de las personas con alzhéimer formando las placas que caracterizan a esta enfermedad. Esta proteína podría ser una nueva diana terapéutica y una vía hasta ahora inexplorada de investigación en alzhéimer. Los detalles de la investigación se publican en la revista Alzheimer's Research & Therapy. Cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de alzhéimer, la principal causa de demencia y discapacidad en personas mayores en todo el mundo.

“Cuando estudiamos la función de LRP3, de la que apenas se conocía nada hasta ahora, descubrimos que influye mucho sobre los niveles de la proteína precursora de beta-amiloide (APP, por sus siglas en inglés)”, señala Inmaculada Cuchillo Ibáñez, investigadora del grupo Mecanismos moleculares alterados en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, que dirige Javier Sáez Valero, en el Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, en Alicante.

“La proteína APP recibe este nombre porque contiene una proteína muy pequeñita, la β-amiloide, que es el principal componente de las placas que se encuentran en abundancia en el cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer. La proteína LRP3 sería un factor beneficioso, y como es capaz de controlar los niveles de APP y de β-amiloide, podría ser una nueva diana terapéutica y una vía hasta ahora inexplorada de investigación en Alzheimer” precisa la Dra. Cuchillo.

La investigación, que se ha llevado a cabo con muestras humanas de corteza frontal procedentes del Banco de tejidos del Instituto de Neuropatología del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), analizó la expresión de LRP3 en personas de mediana edad sanas y con enfermedad de Alzheimer.

“Vimos que en los cerebros de pacientes de alzhéimer los niveles de la proteína LRP3 estaban disminuidos al comienzo de la neurodegeneración. Es decir, que podían perder este papel protector del LRP3 respecto a los niveles de β-amiloide al comienzo de la demencia, y esto podría ser un lastre durante el desarrollo de la enfermedad, porque ya desde el principio se pierde la capacidad de disminuir los niveles de la β-amiloide y, por tanto, de controlar la presencia de placas seniles en el cerebro”, señala la investigadora.


La proteína LRP3 es un receptor capaz de unir una proteína llamada apoE. El gen que expresa apoE está muy relacionado con la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío (comienzo después de los 65 años). La proteína apoE tiene tres formas: apoE2 (la menos común en humanos), que reduce el riesgo de padecer alzhéimer; apoE3, la forma más común, que no parece incidir en el riesgo de padecer la enfermedad; y apoE4, que se asocia con un elevado riesgo de sufrir alzhéimer.

Los investigadores han descubierto también que apoER2, otro receptor que, al igual que LRP3, se encuentra en la membrana de las neuronas, favorece el aumento de niveles de LRP3 y, por tanto, su papel como regulador de la formación de placas amiloides en el cerebro. ApoER2 y LRP3 pertenecen a una misma familia de receptores de lipoproteínas de baja densidad (LDL), que median la captación de lipoproteínas y han sido estudiados clásicamente por su papel en el transporte y el metabolismo del colesterol. Se sabe que los miembros de la familia de receptores LDL están implicados en la regulación de la plasticidad sináptica y en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer como receptores de la apolipoproteína E (ApoE).

Con la identificación de la función presumiblemente neuroprotectora de LRP3, llevada a cabo por los investigadores del Instituto de Neurociencias, se abre una nueva vía de investigación hasta ahora desconocida que puede llevar al descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas más efectivas para lograr modificar o frenar el curso de la enfermedad de Alzheimer, un importante objetivo hasta ahora no alcanzado.

Fuente: BioTech

UNA ENZIMA DEL CHAMPIÑÓN CAPAZ DE COMBATIR LA HEPATITIS C

Un equipo de investigadores del CSIC ha co-descubierto que una enzima presente en el champiñón blanco (Agaricus bisporus), denominada tirosinasa, tiene actividad antiviral contra el virus de la hepatitis C mediante un mecanismo de inhibición distinto al de los fármacos habituales. Este hallazgo, realizado in vitro y publicado en la revista Pharmaceuticals, podría contribuir al desarrollo de agentes terapéuticos prometedores.

“En este caso, la inhibición de las proteasas del virus se produce a través de un mecanismo biocatalítico basado en una hidroxilación selectiva de tirosinas superficiales de proteínas implicadas en la replicación del virus”, explica José Miguel Palomo, investigador del CSIC en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC), que ha co-dirigido el estudio en colaboración con los investigadores Olga Abián y Adrián Velázquez de la Universidad de Zaragoza.

A partir del ensayo de este método in vitro, los investigadores han demostrado que la tirosinasa del champiñón, y particularmente una isoforma, una variante de la propia enzima, son eficientes a concentraciones micromolares, es decir, una millonésima parte de la masa de las moléculas. Estas inhiben completamente la replicación del virus de la hepatitis C en células hepáticas humanas. De hecho, resalta el investigador, la isoforma presenta una capacidad antiviral hasta diez veces superior a la del fármaco comercial Ribavirina, actualmente empleado en combinación en muchos tratamientos.

Además, los resultados obtenidos en este estudio han demostrado que las enzimas extraídas directamente del champiñón no presentan toxicidad en células hepáticas, por lo que podrían usarse como proteínas para el tratamiento de la infección provocada por la hepatitis C. Por lo tanto, esta preparación de tirosinasas podría convertirse en un agente terapéutico prometedor. “Podríamos proporcionar un fármaco de muy bajo coste para el tratamiento del virus, que podría usarse como sustituto o en combinación con otros fármacos”, asegura Palomo.

El investigador insiste en la gran reducción de costes que supondría la fabricación de un fármaco a partir de las tirosinasas del champiñón, pues los tratamientos actuales cuestan alrededor de los 60.000€ por paciente.

El grupo de investigación busca seguir avanzando y desarrollar ensayos in vivo de este tipo de compuestos para demostrar su potencial como fármaco. Para ello, afirman, se encuentran abiertos a la colaboración con otros grupos de investigación interesados, así como con empresas privadas.

La investigación, ya patentada, sigue adelante con el objetivo de conseguir un fármaco contra la hepatitis C, que en 2019 mató a cerca de 290.000 personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el grupo de investigación señala que este nuevo mecanismo de inhibición viral de la tirosinasa del champiñón se postula como un agente farmacológico de amplio espectro.

Fuente: CSIC

LOS MICROPLÁSTICOS ALTERAN LA MICROBIOTA INTESTINAL

Un grupo de investigadores del CSIC descubre que la ingesta de microplásticos reduce la diversidad bacteriana de la microbiota del colon beneficiosa para nosotros, además de producir una alteración del equilibrio en los microorganismos presentes. El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, ha demostrado que tras la ingestión de microplásticos PET (asociados con la cadena alimentaria) disminuye la abundancia de bacterias conocidas por sus efectos positivos en la salud y se incrementa la presencia de otros grupos microbianos relacionados con una actividad patógena. Dada la posible exposición crónica a estas partículas a través de nuestra dieta, los resultados obtenidos muestran que su ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y, por tanto, la salud.

El estudio, en el que también han participado el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP) y el Instituto de la Cerámica y el Vidrio (ICV) del CSIC, es considerado muy importante al ser el primero que evalúa el impacto de la ingesta de microplásticos en el tracto digestivo y la microbiota intestinal humana. Según dice Victoria Moreno, investigadora del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) del CSIC, es necesario conocer el destino de estos materiales presentes en el organismo en nuestro día a día y las consecuencias a corto, medio y largo plazo. De hecho, las últimas estimaciones demuestran que, de media, cada persona podría ingerir entre 0,1 y 5 gramos de microplásticos cada semana a través de alimentos y bebidas.

Además, el estudio ha presentado por primera vez que estos microplásticos pueden sufrir biotransformaciones a lo largo del tracto gastrointestinal y llegar al colon con una forma estructural totalmente diferente a la original. Todos estos mecanismos y factores, que apenas se están empezando a estudiar, contribuirán a averiguar si los microplásticos pueden permanecer en el cuerpo humano y posiblemente, acumularse en algunos órganos y tejidos.

Los innovadores experimentos in vitro han permitido grandes avances científicos. Para llevar a cabo este estudio, el equipo del CSIC ha ideado un protocolo que imita la ingesta y digestión de microplásticos en condiciones fisiológicas, que es extrapolable al estudio de otros tipos de plástico y tamaños de partícula. A través del modelo in vitro de digestión gastrointestinal patentado por el CSIC, se pudo albergar la microbiota humana del colon durante la intervención con microplásticos. Este protocolo, combinado con el uso de microscopía electrónica y espectroscopia, ha permitido monitorizar los cambios en la estructura y morfología de los microplásticos en el tracto digestivo.

El trabajo ha sido desarrollado en el marco de la plataforma Susplast y el proyecto europeo sobre el estudio de los efectos de los micro y nanoplásticos en la salud humana.

Fuentes: CSIC, BioTech, National Geographic

viernes, 18 de febrero de 2022

ALGAS TERRESTRES QUE CAPTAN EL 30% DE LAS EMISIONES HUMANAS DE CO2

Un estudio científico europeo junto con la participación del CSIC, revela que las algas del suelo resultan ser organismos que captan el 30% de las emisiones anuales humanas de CO2. 

El origen de este descubrimiento se remonta dos décadas atrás aproximadamente, cuando el biólogo marino estadounidense Paul Falkowski comprobó que las algas marinas captaban anualmente tanto carbono como todas las plantas terrestres reunidas. En este proceso, las algas, a las que se les relaciona con el término de "bosque escondido", aprovechan la abundante luz solar que incide sobre el mar para activar su fotosíntesis.

Después de este descubrimiento, la pregunta que se hicieron los científicos fue que si un bosque así podría existir en tierra firme. Y todo indica que sí, no todo es oscuridad en el suelo. Como se muestra, la luz sustenta un promedio de 5 millones de algas microscópicas, bacterias y eucariotas fotosintetéticas por gramo de suelo a nivel global. Sin embargo, hasta la fecha, la existencia de estos organismos se ha descrito de discreta o conservadora y su papel en la biodiversidad se ha tratado como puramente anecdótico.

La investigación de científicos europeos, incluido Enrique Lara, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Avanzadas (CSIC) en el Real Jardín Botánico (RJB) de Madrid, muestra que las algas del suelo juegan un papel muy importante para los ecosistemas terrestres. Al igual que las plantas, estos microorganismos capturan el CO2 atmosférico y contribuyen así al almacenamiento de carbono en el suelo, actuando de esta manera contra el calentamiento global.

Los autores de este estudio, recién publicado en The New Phytologist, recopilaron datos de productividad y cuantificaron la cantidad de carbono capturado anualmente por algas microscópicas a escala planetaria, utilizando el modelo basado en aprendizaje automático (machine learning) a través de modelizaciones.

Estos datos han permitido estimar que las algas del suelo capturan hasta 3,6 gigatoneladas de carbono por año, lo que representa alrededor del 30% de las emisiones anuales humanas de dióxido de carbono en todo el mundo. Asimismo, este hallazgo ayuda a romper algunos estereotipos que están presentes en ecología microbiana, donde la fotosíntesis microbiana solo era apropiada en ambientes acuáticos.

Enrique Lara considera que estos resultados revelan la importancia de preservar los ecosistemas terrestres como una tarea urgente a la hora de reducir el CO2 atmosférico para salvaguardar el clima. También abren la puerta a manipular la producción de microalgas del suelo con el objetivo de incrementar la captación de carbono atmosférico.

Gracias a esta reciente investigación, hemos podido conocer la importancia de las algas del suelo en relación con el papel que juegan ayudando a combatir el cambio climático.

Fuentes: CSIC, COPE

CÓMO CAMBIA LA EXPRESIÓN GÉNICA DEL CEREBRO CON ALZHÉIMER

Un grupo internacional de investigadores liderado por la UAB ha analizado los genes que se expresan en neuronas y astrocitos a partir de datos de 800 individuos, comparando lo que pasa en pacientes de Alzheimer y en personas sin demencia diagnosticada. El estudio, publicado en Neurobiology of disease, muestra la necesidad de analizar marcadores moleculares, como secuencias genéticas o proteínas cerebrales, para obtener ensayos, diagnósticos y terapias más precisos. Los resultados también muestran cambios en los astrocitos para intentar adaptarse al entorno tóxico derivado de la enfermedad, empeorando su progresión.

Aunque la enfermedad de Alzheimer es una de las patologías más estudiadas por su alta prevalencia, todavía se desconocen los cambios moleculares que provocan que los astrocitos, un tipo de células del cerebro, se transformen en los denominados astrocitos reactivos, manifestando un cambio morfológico muy pronunciado en respuesta a una situación de estrés. Tampoco por qué las neuronas de los cerebros enfermos tienen dificultades para comunicarse entre ellas o con los mismos astrocitos.

Ahora, en el artículo publicado en la revista Neurobiology of disease, un grupo internacional de investigadores expertos en estas células y en el estudio de enfermedades neurodegenerativas ha analizado los datos genéticos de muestras post mortem de cerebro de casi 800 individuos, para determinar las diferencias entre la expresión genética en astrocitos y neuronas de cerebros con la enfermedad y en las células de cerebros de personas sin un diagnóstico de demencia -grupo control-. Las muestras provienen del portal Alzheimer Disease Knowledge y han sido generadas por tres clínicas americanas: el Mount Sinai Hospital, el Mayo Clinic y el Religious Order Study/Memory and Aging Project.

Los investigadores han estudiado el conjunto de moléculas de ARN, que sirve para determinar, de todos los genes, cuáles se están expresando y en qué medida. “Mediante el estudio del transcriptoma podemos ver si hay genes silenciados o sobre expresados, y podemos entender qué está pasando dentro de las neuronas y astrocitos”, explica Elena Galea, investigadora del Institut de Neurociències (INc-UAB) y primera autora del artículo.

Los resultados han mostrado una elevada heterogeneidad genética entre personas con el mismo diagnóstico clínico, y también que más de la mitad de los individuos control tienen un perfil molecular de Alzheimer, caracterizado por la disminución de la expresión de genes sinápticos como consecuencia del daño y la muerte de las neuronas. “Esto podría indicar que estas personas estaban en un estadio muy temprano de la enfermedad (todavía sin síntomas) y reforzaría la idea que el diagnóstico clínico ha de complementarse con la búsqueda de marcadores moleculares, como proteínas de sinapsis neuronales, para determinar la fase en la que se encuentra el paciente”, explica Lydia Giménez-Llort, autora del artículo e investigadora del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la UAB y del INc-UAB

El estudio también muestra cómo a medida que avanza la enfermedad los astrocitos disminuyen la expresión de aquellos genes que codifican para proteínas mitocondriales, hecho que impide que las mitocondrias de estas células (orgánulos básicos para la energía celular) puedan funcionar bien. Este efecto podría ser una adaptación de los astrocitos para compensar la toxicidad de la proteína amiloide, y estaría perjudicando la comunicación entre astrocitos y neuronas. “Consideramos que esta adaptación que hacen los astrocitos contribuye al empeoramiento de la enfermedad y que, por tanto, podría ser un punto clave para prevenir su progreso”, explica la Dra. Galea.

El estudio es el análisis transcriptómico más completo de astrocitos humanos en la enfermedad de Alzheimer hecho hasta ahora y es de gran relevancia por la cantidad de muestras analizadas. Los resultados evidencian la necesidad de usar datos moleculares para estratificar a los pacientes en grupos genéticamente más homogéneos a la hora de hacer los ensayos clínicos y para obtener un diagnóstico y tratamiento más precisos de la enfermedad. Además, abren la puerta a desarrollar terapias dirigidas a proteger la función de las mitocondrias astrocitarias.

Fuente: BioTech

viernes, 21 de enero de 2022

EL SECRETO DE LA GRAN MENOPAUSIA VEGETAL

Investigadores del IBMCP han dado a conocer la descripción más precisa de los cambios que determinan el cese de la floración y la producción de frutos en plantas, con un solo evento reproductivo. 

Muchos cultivos económicamente importantes, como las legumbres y los cereales, son anuales, que florecen únicamente una vez y luego se secan y mueren. Los mecanismos que determinan su floración han sido bien estudiados, pero se sabe poco sobre el proceso por el cual se detiene la proliferación, la "menopausia" de las plantas. Ahora, en Current Biology, un equipo de investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha publicado el más completo análisis de dicho proceso. Este permitirá diseñar nuevos experimentos para controlar el período de floración e identificar otros factores involucrados en su control. 

En plantas con un único evento reproductivo, conocidas como monocárpicas, el inicio de la reproducción está marcado por la formación de la primera flor. Las señales que controlan el inicio de tal floración han sido ampliamente estudiadas (temperatura, edad de la planta, luz...). Sin embargo, existe otro momento muy importante para la germinación: su final. En muchas especies, la producción de flores cesa después de que se haya producido una cierta cantidad de frutos. Este cierre está marcado por el fin de la actividad de los meristemos, una reserva de células madre que sustenta el crecimiento y la producción de órganos vegetales.

“Este proceso se denomina parada proliferativa, y podemos llamarlo menopausia vegetal”, explica Cristina Ferrándiz Maestre, investigadora del IBMCP y una de las autoras del estudio. La parada de la proliferación constituye una enorme adaptación evolutiva, pues al no formarse nuevos órganos como flores y frutos, se asegura la redistribución de nutrientes para la producción de semillas y con ello conseguir un desarrollo óptimo, perpetuando así la especie. A pesar de su importancia ecológica y económica, se sabe relativamente poco sobre los factores que controlan dicha parada. 

En este trabajo, el grupo de investigación de Ferrándiz en el IBMCP utilizó técnicas de biología molecular y celular, genética y análisis de imágenes a la especie modelo Arabidopsis thaliana para definir, con alta resolución espacio-temporal, la secuencia de eventos moleculares y celulares que desencadenan el cese de la proliferación.

Por un lado, se realizó un estudio muy detallado de lo que ocurre en el meristemo antes del cese proliferativo: cómo y cuándo las células dejan de dividirse, cuándo empiezan a verse señales de vejez en el meristemo…  Por otro lado, se analizó una hormona vegetal importante para mantener la proliferación, la citoquinina. Usando etiquetas fluorescentes que permiten rastrear su actividad, se ha visto que tal actividad se bloquea por completo en el momento de la detención, por lo que las citoquininas puede ser el detonante de la detención. Además, se ha demostrado que, si se tratan los meristemos externamente con citoquininas, no dejan de producir células madre.

Este estudio es pionero porque, por primera vez, se han podido ver muy de cerca cómo se comportan los meristemos y los cambios que sufren y por ello, se ha convertido en un magnífico avance.

Fuente: National GeographicABCBioTech

sábado, 27 de noviembre de 2021

VACUNACIÓN INFANTIL CONTRA EL COVID

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha apoyado la extensión de la actual licencia europea de las farmacéuticas Pfizer y BioNTech para el uso de su vacuna contra la covid-19 en niños de entre 5 y 11 años, aunque con una dosis menor que la utilizada en mayores de 12.

La inyección se administrará en dos dosis, con un intervalo de tres semanas entre la primera y la segunda, propone la EMA en un comunicado, en el que señala que los beneficios de vacunar con Pfizer a los niños en esa franja de edad superan los riesgos.

Esta conclusión, alcanzada por el comité de medicamentos de uso humano, será enviada de inmediato a la Comisión Europea, que es la que tiene la última palabra sobre la licencia de las vacunas autorizadas en las campañas europeas.

Los efectos secundarios más comunes detectados en los ensayos clínicos fueron similares a los de los mayores de 12 años, lo que incluye cansancio, dolor muscular y de cabeza, escalofríos, molestias y enrojecimiento en el lugar de la inyección, unos efectos que suelen ser “leves” y mejoran a los pocos días.

El estudio principal en aproximadamente 2.000 niños de 5 a 11 años, sin signos de infección previa, mostró que la “respuesta inmune a Comirnaty (nombre comercial de la vacuna), administrada en una dosis más baja en este grupo de edad, fue comparable a la observada con la dosis más alta en personas de 16 a 25 años, según el nivel de anticuerpos” contra el coronavirus. La vacuna tuvo una efectividad del 90,7 % en la prevención de la covid-19 sintomática, según la EMA


La de Pfizer es la primera vacuna que recibe apoyo de los científicos europeos para ser administrada en menores de 11 años, aunque la farmacéutica Moderna también solicitó a la EMA evaluar el posible uso de su vacuna entre los 6 y los 11 años.

La AEP recomienda la vacunación de todos los niños de este grupo de edad, una vez que la vacuna esté igualmente aprobada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), según ha informado en un comunicado de prensa.

Hasta ahora, los niños no han sido el grupo que más ha influido en el comportamiento comunitario de la infección por SARS-CoV-2, ya que parecen infectarse y transmitir la enfermedad en menor grado que los adultos. En esta población, tanto la transmisibilidad como la posibilidad de infectarse son más bajas en los más pequeños que en los adultos y adolescentes.

Fuente: Bio Tech

viernes, 26 de noviembre de 2021

TRATAMIENTO QUE LOGRA FRENAR LA PROGRESIÓN DEL CÁNCER DE MAMA METASTÁSICO

El oncólogo Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center (IBCC) e investigador del VHIO, presentó el estudio DESTINY-Breast 03, una de las investigaciones más importantes del congreso europeo anual sobre cáncer. 

Lo cierto es que las cifras impresionan: las mujeres con cáncer de mama metastásico HER2-positivo (un tipo tumoral con alta capacidad de proliferación) que recibieron trastuzumab deruxtecan tuvieron un 72% menos de probabilidades de que su tumor progresara o de fallecer frente al trastuzumab emtansina (T-DM1), que es el tratamiento estándar, aprobado para tratar a estas pacientes una vez habían recibido trastuzumab y una quimioterapia con taxano.El fármaco no solo detuvo la progresión del cáncer en el 75,8% de las pacientes a los 12 meses, sino que logró que el tumor desapareciera por completo en el 16% de las pacientes.

En el ensayo solo el 1% de las enfermas no respondieron al tratamiento. En cambio, en un 80% de los casos se observó una contracción del tumor de al menos un 50%.

Trastuzumab deruxtecan es un tipo de tratamiento que combina un anticuerpo con un fármaco de quimioterapia, lo que se conoce como conjugado anticuerpo-fármaco o ADC. El anticuerpo se une con las células tumorales y así introduce en ellas la quimioterapia, de manera que los tejidos sanos se ven afectados mínimamente.

Cortés destaca la relación entre el anticuerpo y la molécula de quimioterapia: cada anticuerpo lleva ocho moléculas de quimioterapia. Además, el linker, que es el agente que une el fármaco citotóxico al anticuerpo, puede favorecer que el fármaco se difunda a través de membranas de las células diana y permitir así que actúe en células próximas, aunque no tengan la expresión de HER2.

Ahora se investigará en primera línea terapéutica y en el contexto del tumor primario; también se está estudiando en el cáncer de mama HER2 negativo con resultados preliminares muy prometedores.

Es un tratamiento con potencial en otros tumores como el de pulmón.

En pacientes muy pretratadas, “ya se puede administrar en el contexto de ensayo, pero confiamos en que en Europa llegue la aprobación el próximo año, ya que el fármaco está en proceso de solicitud de autorización a las agencias reguladoras”.

Cortés destaca que en el congreso también se han presentado datos que aprueban el uso de la inmunoterapia en cáncer de mama.

El especialista habla con palabras muy esperanzadoras: “vamos camino de curar cada vez a más pacientes” y de conseguir que, poco a poco, todos los tumores de mama lleguen a ser una enfermedad crónica".

Fuente: Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria

VIRUS DE LA GRIPE EN LA LECHE DE VACA PASTEURIZADA

Un equipo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison ha descubierto por primera vez la presencia de virus de gripe aviar altament...