viernes, 21 de enero de 2022

CREAN E IMPLANTAN UN OJO IMPRESO EN 3D

Un hombre británico es el primer paciente del mundo al que se le implanta un ojo impreso en 3D, según el Hospital Moorfields Eye de Londres.

La tecnología de impresión 3D es un motor imprescindible en campos como la construcción o la medicina. Gracias a la bioimpresión, un método que permite crear estructuras celulares a partir de biotintas cargadas con células madre, se podrá suplir la falta de donantes de órganos. El proceso para conseguir imprimir tejidos biológicos no es nada sencillo. Empieza en el laboratorio. Allí los científicos toman muestras de tejidos o células madre del paciente y se cultivan esperando que se multipliquen sobre una placa de Petri. Después de ello, esas células se transforman en una especie de tinta biológica, que es la que se utiliza en la bioimpresión. Una vez que se cuenta con ese biomaterial, se carga en un cartucho, y la impresora se programa para imprimir diferentes tejidos u órganos, a la medida de lo que requiere el paciente. En el proceso de impresión, la tinta es depositada capa por capa siguiendo el patrón previamente programado y dictado por la impresora. Durante este proceso, se deposita un gel que funciona como pegamento hasta que poco a poco, se consigue el resultado deseado. Al final, el gel es extraído y el producto final puede ser empleado.

Cada vez son más los laboratorios que imprimen tejidos y órganos en 3D, realizando implantes de hígados, riñones e incluso ojos, (como ocurre en este caso). Su objetivo es darle a estas prótesis 3D un uso eficiente basándose en las necesidades de cada paciente.

Steve Verze, un ingeniero británico de 47 años, recibió el ojo izquierdo en noviembre de 2021, convirtiéndose en el primer paciente que recibe una prótesis ocular totalmente digital creada con bioimpresión 3D. Este ojo está diseñado para conseguir profundidad real de la pupila y una definición más clara. Los ojos protésicos acrílicos, es decir, otros diseños anteriores, consistían en un iris pintado a mano sobre un disco, que se incrustaba en la cuenca del ojo. Este diseño, además de ser menos realista, evitaba que la luz llegara correctamente a la profundidad del ojo. También implicaba hacer un molde de la cuenca del ojo, sin embargo, en el caso del ojo impreso en 3D, sólo es necesario escanear esa cavidad para obtener una imagen detallada. 

Además de todos estos beneficios, la velocidad de creación de la prótesis 3D es otra ventaja, necesita mucho menos tiempo para producirse. Este factor es determinante, ya que agilizaría mucho las interminables listas de pacientes que necesitan órganos donados. La prótesis se puede crear en 2 horas y media, aunque después se debe llevar a un oftalmólogo para pulirla y adaptarla. Este proceso tarda entre 2-3 semanas frente a las 6 semanas o más que suele durar el proceso de fabricación de las prótesis comunes. La imagen en 3D generada de esta prótesis ocular, se mandó a Alemania para ser impresa antes de ser enviada de regreso al Reino Unido, donde fue terminada por un oftalmólogo del Hospital Moorfields Eye. El profesor Mandeep Sagoo, líder clínico del proyecto en el Hospital Moorfields Eye y profesor de oftalmología y oncología ocular en el University College de Londres, expresó en un comunicado su emoción por el potencial del nuevo método de desarrollo. Es un fantástico avance, ya que se aproxima que más de 8 millones de personas en todo el mundo llevan una prótesis ocular y en los últimos 50 años no se habían desarrollado avances significativos. 

Algunos de los logros que se han realizado en el ámbito de impresión 3D de células, órganos y sobre todo tejidos son:

En 2012, una mujer belga de 83 años recibió su primera mandíbula producida por una impresora 3D, mientras en 2013 se obtuvieron los primeros tejidos artificiales que se comportan como vivos. Para crear tejidos se deben utilizar biomateriales compatibles con el organismo del cuerpo humano, intentando reducir al mínimo la posibilidad de rechazo. Suelen ser polímeros biodegradables de gran utilidad.

En 2014, fue el turno de la tráquea impresa a partir de células del paciente. En este año también se produjeron los primeros bronquios artificiales y los vasos sanguíneos sintéticos.

La impresión 3D triunfó en Italia en octubre de 2019, en el Instituto Ortopédico Rizzoli di Bologna, fue reconstruido un tobillo entero con una prótesis impresa hecha a medida en un paciente de 57 años.

Estas son algunas de las muchas prótesis que se han realizado a lo largo de estos años, manteniendo siempre como objetivo la producción individualizada y personalizada de cada paciente. Además, esta técnica podría acabar por completo con los ensayos clínicos en animales, gracias a la creación de modelos reproductibles de tejido humano. También fomenta el uso de la medicina regenerativa, la bioimpresión puede producir tejidos complejos que reparan las zonas afectadas del paciente. Aun así, un inconveniente es que la posición de las células 3D es muy complicada, ya que se mueven dentro de las estructuras impresas y pueden llegar a romperlas con facilidad. Pero permiten incorporar los nutrientes al resto del cuerpo y la circulación de la sangre.

Está claro que la medicina va ligada a la tecnología, y en un futuro estos métodos, como la bioimpresión, facilitarán la investigación de nuevas enfermedades.

Fuente: El Mundo, Medicina y Salud, Infotecnovisión, Ámbito

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