Ahora, un grupo de investigadores ha nombrado una nueva especie que podría arrojar luz sobre esa confusión y que, según sus análisis, sería el ancestro directo de los humanos. Se trata del "Homo bodoensis", que vivió en África hace unos 500.000 años y que, según los autores del estudio, ayuda completar el rompecabezas de un periodo clave en la evolución humana.
"La confusión" corresponde al Pleistoceno Medio, un periodo que desde 2020 se conoce como Chibaniano, y que ocurrió entre hace 774.000 y 129.000 años. Los expertos, sin embargo, no tienen muy claro a qué especies pertenecen varios fósiles de ese periodo. Y, ligado a eso, tampoco está muy claro qué especie dio origen a cuál.
El periodo Chibaniano es importante porque fue ahí cuando surgió el "Homo sapiens" en África y los neandertales en Europa. El problema es que los fósiles de esa época que precedieron al "Homo sapiens" y a los neandertales, "están mal definidos y se entienden de formas variadas", según escriben los autores de la investigación. Con esto, los investigadores se refieren a que los fósiles que existen del periodo Chibaniano tradicionalmente se han nombrado como "Homo heidelbergensis" u "Homo rhodesiensis", dos categorías que, según ellos, frecuentemente se han descrito de formas contradictorias.
De hecho, en África, algunos fósiles fechados en este periodo se han denominado a veces H. heidelbergensis y H. rhodesiensis pero H. rhodesiensis no solo está mal definido sino que es un nombre que nunca ha sido bien acogido por los científicos por su asociación con Cecil Rhodes, autor de algunos de los peores crímenes llevados a cabo en la época en África.Para Predrag Radović, investigador de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Belgrado (Serbia), "los términos deben ser claros en la ciencia, para facilitar la comunicación. No deben tratarse como absolutos cuando contradicen el registro fósil". La introducción de "H. bodoensis" pretende "cortar el nudo gordiano y permitirnos comunicar con claridad sobre este importante periodo de la evolución humana", razona Christopher Bae, antropólogo de la Universidad de Hawai, en Manoa, y coautor del estudio.
Y Roksandic está de acuerdo: "Poner nombre a una nueva especie es algo muy importante, ya que la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica solo permite cambiar el nombre bajo normas muy estrictas. Confiamos en que este se mantenga durante mucho tiempo, un nuevo nombre de taxón solo vivirá si otros investigadores lo utilizan".
Fuentes: BBC, El Confidencial.
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