domingo, 20 de marzo de 2022

LOS PULPOS PUEDEN SABOREAR POR LOS TENTÁCULOS

Los pulpos están considerados entre los animales más inteligentes de la fauna. "Es un grupo de animales de más de 700 especies que habita en todo el mundo, con una complejidad mucho más avanzada que cualquier otro molusco". Estos animales tienen varias características sumamente interesantes, como una gran capacidad de aprendizaje, social y espacial. Su físico también presenta características muy particulares, tienen tres corazones, nueve cerebros y pueden cambiar el color y la textura de su piel según la cantidad de luz ambiente que le rodee. 

Varios estudios recientes aseguran que, al igual que ocurre con los seres humanos, su cerebro pasa mientras duermen por diferentes ciclos, en los que sueñan y cambian de color. El estudio, publicado en la revista Science, donde un grupo de investigadores sometió a cuatro pulpos (Octopus vulgaris) a estímulos visuales durante varias fases en su día a día. Durante los periodos de sueño, los expertos diferenciaron dos fases: sueño ligero y sueño activo. En el segundo, los pulpos observados cambiaban con mucha más frecuencia de color y textura de la piel, además de mover los ojos y el manto a gran velocidad. Algo parecido a lo que les ocurre a los humanos durante la fase REM.

Pero el nuevo e innovador descubrimiento presenta otra característica de estos fascinantes animales, estos son capaces de saborear cualquier cosa que pase por sus tentáculos antes de llevárselo a la boca. El estudio publicado en la revista Cell apunta a que son capaces de saborear todo lo que pase por sus patas sin llevárselo a la boca. De esta forma, el pulpo es capaz de identificar qué está agarrando y si lo que ha atrapado es una presa. Nicholas Bellono, principal investigador, explica que el pulpo es capaz de reconocer si toca con el brazo un cangrejo o una roca “no solo por el tacto, sino también por este tipo de sabor”.

Incluso su genoma es atípico. En los pulpos, estos genes están distribuidos por distintos cromosomas. Por eso creemos que tienen los brazos en la cabeza, el esófago pasa por en medio del cerebro. Esto se debe a que el ADN de los pulpos está repleto de transposones, partes del genoma copiadas y pegadas de un sitio a otro de manera aleatoria por un virus hace millones de años. Las ventosas de los brazos están recubiertas por una capa de células que funcionan como sensores que pueden detectar moléculas en las superficies que tocan. Es decir, que sus tentáculos funcionan como lengua. Los expertos piensan que los sensores, denominados “receptores quimiotáctiles”, usan estas moléculas para ayudar al octópodo a descubrir qué está tocando; es decir, para identificar si es una presa y, sobre todo, si es venenosa y necesita huir de ella.

“Nuestra esperanza es determinar cómo funcionan estos sistemas a nivel molecular y responder ciertas preguntas sobre cómo evolucionaron las capacidades de estas criaturas para adaptarse a su entorno”, explicaron. Por lo que continuarán con su investigación esperando hallar la respuesta.

Fuente: El País, Sinc

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