Tal como un picaflor lleva granos de polen en sus plumas, o una abeja en sus patas, del mismo modo, ciertos crustáceos podrían participar del proceso de reproducción de algas en el mar. Los gametos machos de las algas rojas no tienen movilidad propia y se ha planteado siempre que dependen por completo del transporte por las corrientes de agua para llegar a las hembras. Marie-Laure Guillemin, coautora del estudio, explica que «esta es la primera vez que este tipo de interacción entre animales y algas es descrito, lo que abre muchas preguntas sobre su ecología y evolución. » «Por tanto, el papel de los animales en el transporte de gametos masculinos se consideraba hasta ahora inexistente en las algas rojas».
En marea baja, en aguas tranquilas, estos crustáceos se mueven de alga en alga y se alimentan del biofilm y de otras microalgas que se desarrollan en su superficie. Cuando sube la marea, para resistir las olas, se aferran con fuerza a las algas con los agudos garfios de sus patas. Por su parte, el profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas UC Sylvain Faugeron, codirector del Laboratorio Internacional IRL Evolutionary Biology and Ecology of Algae, señala que en este estudio, se demuestra experimentalmente que la tasa de fecundación de las algas es efectivamente aumentada en presencia de los pequeños crustáceos. ""Es más, si estos crustáceos se ponen en presencia de algas masculinas fértiles, estos se cubren de gametos masculinos, como lo hacen los insectos polinizadores al cubrirse de polen. Al trasladar estos crustáceos en estanques con solo algas hembras, son capaces de entregar estos gametos masculinos y permitir así la fecundación. "Este resultado es una gran novedad en el mundo marino, al romper el paradigma de que la fecundación solo resultaba del encuentro fortuito entre gametos transportados por las corrientes", precisa.
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