miércoles, 26 de abril de 2023

PLANTAS CAPACES DE CAZAR INSECTOS

Se ha descubierto la primera descripción exhaustiva de la existencia de diferentes plantas capaces de atrapar insectos fue realizada por Charles Darwin, cuya curiosidad por el tema nació tras observar las hojas de una planta del género Drosera llenas de insectos muertos adheridos a su superficie, gracias a ello publicó el libro «Plantas insectívoras».

Posteriormente, pudo observarse como este tipo de plantas no solo atrapaban insectos, sino que también arácnidos, moluscos y otros invertebrados, e incluso pequeños vertebrados como lagartos o murciélagos, razón por la cual se pasó a denominarlas como plantas carnívoras. Esta falta nutritiva les ha obligado a desarrollar diferentes estrategias para conseguir suplir esas deficiencias y sobrevivir, en su caso, suplementando su nutrición con animales. Para ello requieren de tres procesos indispensables y presentes en todas ellas: la atracción de las presas, su captura y su posterior digestión y absorción de nutrientes.

Incluso pueden imitar los olores de carne en putrefacción que va a atraer a gran cantidad de insectos, muchos de ellos moscas, para alimentarse de esa carne muerta inexistente o intentar poner allí sus huevos, siendo atrapados por la planta.

Otra estrategia desarrollada por estas plantas para la captura, se basa en la succión en ambientes acuáticos mediante una estructura denominada utrículo en forma de pequeño «globo de agua» que cuando siente un pequeño animal cerca se hincha en cuestión de milésimas de segundo, absorbiendo toda el agua cercana junto con la presa, para su digestión.

Estas plantas han modificado sus hojas para que formen grandes jarras que se llenan del agua de lluvia. Los pequeños animales terminarán muriendo ahogados por agotamiento, y en ese mismo medio acuoso comenzará la digestión de la presa.

Llegados a este momento, comienza la parte más difícil de todo el proceso, la digestión de animales completos hasta nutrientes absorbibles por los epitelios de las plantas. También pueden existir simbiosis entre estas plantas y bacterias que sean capaces de descomponer las presas, o incluso relaciones mutualistas con otros insectos que se alimenten de las presas de las plantas y a su vez las plantas adquieran los nutrientes que necesitan de los excrementos de sus insectos «amigos».

La forma en la que las plantas carnívoras han tenido que evolucionar para poder sobrevivir en ambientes muy pobres les ha dado un abanico enorme de estrategias para alimentarse animales, y no al revés.

«La ciencia que no es divulgada hacia la sociedad es como si no existiera»

Este artículo nos lo envía Jorge Poveda Arias, Graduado en Biología y trabaja en una empresa dedicada a la cría a nivel industrial de insectos con fines de alimentación. Además, realiza una tesis doctoral en el estudio de las interacciones planta-microorganismo.

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