Científicos del Instituto de Ciencia Weizmann en Israel han logrado por primera vez en la historia que el embrión de un mamífero, en este caso un ratón, realice su gestación en un útero artificial, el experimento consistía en sacar a estos animales del útero de sus madres e incubarlos en un útero mecánico.
El estudio, publicado este miércoles por la revista Nature, afirma que este equipo ha cultivado con éxito más de mil embriones de ratones durante seis días, a través de un proceso totalmente artificial.
El experimento consistió en sacar a estos animales del útero de sus madres cinco días después de la fertilización, teniendo en cuenta que la gestación completa es de 20 días aproximadamente e incubarlos durante seis días más en incubadoras mecánicas.
En el día 11 de desarrollo, más de la mitad del proceso de embarazo del ratón, se comprobó que los embriones de laboratorio eran idénticos a los gestados de una manera natural, sin embargo, los cultivados se habían vuelto demasiado grandes para sobrevivir sin un suministro de sangre, la solución nutritiva que los alimentaba por difusión ya no era suficiente para poder alimentarlos.
Los expertos consideran usar una solución nutritiva enriquecida o un suministro de sangre artificial que se conecte a las placentas de los embriones para solucionar estos problemas.
Para realizar este trabajo, los investigadores han pasado siete años fabricando la máquina que ha permitido su investigación, un sistema compuesto por una incubadora y un sistema de ventilación, en él, cada uno de los embriones flota en un vial relleno de un líquido especial cargado de nutrientes, mientras que una rueda hace girar suavemente a los ratones para que no se peguen a la pared de su hogar temporal, lo que evita que estos se deformen y posteriormente mueran, y el ventilador adjunto proporciona oxígeno a los animales mientras mantiene el flujo y la presión de su entorno.
Este útero artificial va a permitir a los investigadores aprender más sobre la problemática del por qué los embarazos terminan en abortos espontáneos o por qué los óvulos fertilizados no se implantan, y este experimento abre una nueva puerta a la investigación sobre cómo las mutaciones o deleciones genéticas afectan el desarrollo fetal.