El experimento, que comenzó en 2013, consistió en liofilizar y sellar en cápsulas pequeñas y livianas muestras de esperma de 12 ratones que fueron transportadas a la ISS sin necesidad de un congelador. Algunas de las muestras regresaron a la Tierra después de nueve meses para confirmar que el experimento estaba funcionando, mientras que el resto se quedó a bordo de la ISS durante 2 años y 9 meses, y 5 años y 10 meses, respectivamente.
Después de los periodos de exposición a la radiación, los investigadores utilizaron detectores de pistas nucleares y dosimetría termoluminiscente para medir cuánta radiación habían absorbido las muestras y realizar diversas pruebas para evaluar el daño del ADN en los núcleos de los espermatozoides. Sorprendentemente, descubrieron que la radiación no había causado daño en el ADN de los espermatozoides de los ratones liofilizados.
El siguiente paso fue rehidratar los espermatozoides y luego inyectarlos en ovarios frescos para producir crías de ratón. Los científicos llamaron a estas crías “crías espaciales” y, para su sorpresa, resultaron ser saludables y sin diferencias genéticas en comparación con los ratones control.
Después de los periodos de exposición a la radiación, los investigadores utilizaron detectores de pistas nucleares y dosimetría termoluminiscente para medir cuánta radiación habían absorbido las muestras y realizar diversas pruebas para evaluar el daño del ADN en los núcleos de los espermatozoides. Sorprendentemente, descubrieron que la radiación no había causado daño en el ADN de los espermatozoides de los ratones liofilizados.
El siguiente paso fue rehidratar los espermatozoides y luego inyectarlos en ovarios frescos para producir crías de ratón. Los científicos llamaron a estas crías “crías espaciales” y, para su sorpresa, resultaron ser saludables y sin diferencias genéticas en comparación con los ratones control.
El experimento es un gran paso adelante en la investigación de los efectos de la radiación en el espacio en organismos vivos, y abre la posibilidad de que la liofilización pueda ser una técnica efectiva para proteger las células reproductivas durante los viajes espaciales. Además, demuestra que los mamíferos pueden sobrevivir en el espacio y produce un nuevo optimismo sobre la capacidad de la humanidad para colonizar otros planetas.
Wakayama explicó que aunque se creía que los mamíferos no podían entrar en un estado anhidrobiótico, los investigadores habían demostrado que, a partir de los cadáveres o cuerpos congelados de algunas especies, es posible rescatar los núcleos de sus células somáticas para trasplantarlos en ovocitos vivos y producir una descendencia clonada. Este resultado es muy prometedor en términos de la conservación de especies en peligro de extinción y la producción de crías saludables de animales que mueren en cautiverio.
El experimento también tiene implicaciones importantes para la colonización del espacio, ya que sugiere que es posible enviar células reproductivas de mamíferos al espacio para que se desarrollen y se conviertan en crías saludables. Esto podría ser especialmente útil para la creación de colonias en otros planetas, donde la falta de aire, agua y comida fresca es un problema grave.
Wakayama explicó que aunque se creía que los mamíferos no podían entrar en un estado anhidrobiótico, los investigadores habían demostrado que, a partir de los cadáveres o cuerpos congelados de algunas especies, es posible rescatar los núcleos de sus células somáticas para trasplantarlos en ovocitos vivos y producir una descendencia clonada. Este resultado es muy prometedor en términos de la conservación de especies en peligro de extinción y la producción de crías saludables de animales que mueren en cautiverio.
El experimento también tiene implicaciones importantes para la colonización del espacio, ya que sugiere que es posible enviar células reproductivas de mamíferos al espacio para que se desarrollen y se conviertan en crías saludables. Esto podría ser especialmente útil para la creación de colonias en otros planetas, donde la falta de aire, agua y comida fresca es un problema grave.
Fuentes: Xataka,National Geographic