Los responsables comenzaron a observar en sus pantallas entre los 420 y 535 metros de profundidad miles de nidos de la especie Neopagetopsis ionah, el draco rayado de Jonás. Esta especie pertenece al orden de los perciformes. Sus mayores poblaciones se encuentran en el sur del Atlántico y Pacífico, así como las aguas próximas a la Antártida.
Las observaciones se realizaron con el llamado OFOBS o Sistema de Batimetría y Observación del Fondo Oceánico, una cámara remolcada diseñada para investigar lechos marinos en condiciones extremas. Gracias a un cable especial de la fibra óptica, esta cámara se desplaza a metro y medio sobre el fondo del mar.
La densidad de la población de dracos descubierta podría rondar los 60 millones de peces, ocupando un área total de 240 km², una extensión parecida a la de la isla de Malta. Este equipo identificó nidos redondos de 15 cm de profundidad y 75 cm de diámetro, pudiendo localizarlos por un área central redonda recubierta de piedras.
Combinando los resultados con datos oceanográficos y biológicos descubrieron que el área de reproducción corresponde con la afluencia de aguas profundas más cálidas desde el mar de Weddell hacia la plataforma superior. Contando con la ayuda de focas con transmisores este equipo logró también demostrar que esta zona es también un destino recurrente para las mismas. El 90% de la actividad de las focas tuvo lugar dentro de la región de nidos activos de estos peces, dado que, según cálculos de los investigadores, hay unas 60 mil toneladas de biomasa gracias a estos peces. Por lo que este es un ecosistema extremadamente importante para el mar de Weddell.
Fuentes: La Vanguardia y National Geographic
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