viernes, 18 de febrero de 2022

OASIS DE BIODIVERSIDAD


En un sumergible llamado Limited Factor, un pequeño aparato de titanio con forma de esfera que no permite estirar las piernas, por primera vez seres humanos observaron con sus propios ojos lo que ocurre a más de 8.000 metros de profundidad, frente a las costas chilenas. Es la fosa de Atacama, una de las 30 que existen en el mundo, pero la más extensa. Lo hicieron dos científicos chilenos, Osvaldo Ulloa y Rubén Escribano, director y subdirector, respectivamente, del Instituto Milenio de Oceanografía y ambos académicos de la Universidad de Concepción. La expedición se realizó en enero pasado gracias a Víctor Vescovo, un explorador y magnate estadounidense que ha escalado las cumbres más altas del planeta, llegado a los dos polos y que, hace unos años, tomó la decisión de ser la primera persona en bajar a los puntos mas bajos de los cinco océanos.

« Cuando chocan dos placas, se produce una cavidad, que es una fosa. Es decir, las fosas son producto del choque entre dos placas», explica Ulloa, al terminar la expedición de 12 días, donde se realizaron dos inmersiones, de 10 horas cada una. La fosa de Atacama se encuentra entre una placa oceánica densa, nazca, y una placa continental, la sudamericana. « Este borde ocurre desde Ecuador hasta Aysén, en el extremo sur de Chile», cuenta Ulloa.



Estas características han despertado hace décadas la atención de los investigadores del mundo. En la primera inmersión, bajaron Vescovo y Ulloa«Lo que estamos aprendiendo es que sería la fosa con mayor biodiversidad y vida, la más productiva del mundo». Abajo, navegaron por horas en una planicie de arena y sedimento hasta que se encontraron con una pared que comenzaron a ascender a bordo del Limited Factor, una especie de coche modelo Isetta de mediados del siglo XX. « Verlas fue maravilloso», asegura el científico que trabaja en microbiología y que, pese a que practica buceo, tuvo que prepararse mucho para esta expedición. El submarino, que fue fabricado en Florida, Estados Unidos, especialmente para las hazañas de Vescovo, tiene tres pequeñas ventanas que permiten a los tripulantes observar, pero el campo de visión es limitado.



Es a lo que aspira Ulloa, en 2018 lideró el proyecto Atacamex, de la Universidad de Concepción y el Instituto Milenio de Oceanografía, con el que por primera vez se lograron capturar imágenes del fondo de la Fosa de Atacama a través de un vehículo no tripulado. Fue lo que abrió la puerta a esta nueva expedición de Vescovo, que reconoció en la comunidad chilena a unos socios con experiencia científica en el estudio de fosas oceánicas. El científico chileno Osvaldo Ulloa se fotografía con Victor Vescovo en enero pasado en el Limiting Factor, a 8.069 metros de profundidad en la Fosa de Atacama. Hasta antes de que el estadounidense comenzara sus aventuras bajo el mar, solo tres personas habían bajado a una fosa oceánica y todas esas expediciones fueron a la fosa de las Marianas, en el Pacífico occidental.



La primera vez sucedió en 1960 y, luego, lo hizo el director de cine James Cameron, que bajó solo en 2012. Pero en ninguno de los dos casos el sumergible se volvió a usar, a diferencia del convertible de Vescovo, que ha permitido hacer inmersiones en forma repetitiva y que cuenta con alta tecnología de navegación y hasta espacial. El Limited Factor ya no navega en las aguas chilenas, porque ha emprendido rumbo a otros océanos.


Webgrafía: El País.

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