Una nueva especie de nenúfar gigante fue descubierta en Londres, en el jardín botánico Royal Kew Gardens.
Un equipo del Reino Unido, en el que se encuentran el horticultor español Carlos Magdalena y otro grupo de socios de Bolivia, mezclaron ciencia moderna, incluyendo análisis de ADN y tecnología molecular, con la práctica centenaria de dibujos botánicos para lograr descifrar esta nueva especie.
Los especímenes de esta especie habían permanecido sin descubrir en el jardín botánico durante 177 años y en el Herbario Nacional de Bolivia durante 34 años, debido a que el nenúfar había sido confundido con otra especie. Se había pensado que eran de la "Victoria amazónica", una de las dos variedades conocidas de nenúfares gigantes, cuyo género fue nombrado en honor a la reina Victoria en 1852.
Carlos Magdalena asegura que este tipo de plantes es muy especial, con un exotismo y un aura que no se puede comparar, y la describe como una de las diez plantas más maravillosas del reino vegetal. Se pregunta emocionado cuántas más especies podrían estar sin descubrir.
Los taxónomos, descubrimos alrededor de 2.000 especies cada año. Así que no es raro encontrar una nueva especie. Lo que creo que es muy inusual es que una planta de este tamaño, con este nivel de fama, sea descubierta en el año 2022. Eso es bastante inusual”, comenta Magdalena, que trabaja como científico y horticultor botánico en el Royal Kew Gardens.Hasta el año 2022, la Victoria amazonica era la joya de la corona de la Casa de los Nenúfares del Real Jardín Botánico de Kew, un espectacular invernadero de estilo victoriano, con estructura metálica en color blanco y cristal, cuyo interior alberga un estanque de planta circular con gigantescas plantas acuáticas tropicales, donde hoy reside la nueva y radiante especie.
Fue construido en 1852, con el único propósito de dar cobijo a este espectacular nenúfar nativo de las aguas poco profundas de la cuenca del Amazonas, descubierto por el naturalista, botánico, zoólogo y geólogo alemán Tadeo Haenke en Bolivia, en 1801, quien había formado parte de la Expedición Malaspina, la primera expedición científica organizada por la Corona española a sus colonias, y quien posteriormente permaneció al otro lado del Atlántico hasta su muerte, en 1817. Haenke registró su descubrimiento, detallando sobre una flor tan rara y hermosa que “le hizo caer de rodillas de la admiración”, pero murió antes de describir oficialmente la especie. En octubre de 1937, el naturalista y botánico británico John Lindley realizó la primera descripción publicada de la especie y la nombró en honor a la reina Victoria de Inglaterra. La Victoria amazonica fue toda una sensación para la sociedad inglesa del siglo XIX, asombrada por poder ver una planta que hasta entonces solo podía verse en selvas remotas.
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