En 1936, la danesa Inge Lehmann, pionera de la sismología, descubrió el núcleo interno de la tierra estudiando la velocidad de propagación de terremotos que atravesaron el planeta de lado a lado, pasando por el núcleo una vez. Estas ondas sísmicas permiten estudiar la composición del núcleo interno con un nivel de detalle "sin precedentes", destacan los investigadores. Las que atraviesan la parte más interna del núcleo viajan unos segundos más rápidos si van paralelas al eje de rotación de la Tierra que si van en un plano de 50 grados, por ejemplo.
Esta radiografía a la Tierra muestra que el núcleo interno no es una esfera uniforme de 1.221 km de radio, sino que en su interior hay otra esfera aún más interna y compacta de 650 km de radio, según el trabajo de Tkalcic. Las observaciones son importantes para entender cómo se formó el núcleo más interno y cómo ha ido avanzando en cada época del planeta. En la actualidad el núcleo interno crece un milímetro al año, explica Tkalcic. Tal vez este nuevo estudio sobre la frontera entre las dos capas del núcleo interno pueda mejorar los modelos sobre evolución, resalta.
Hay dos escuelas, una que sostiene que los cristales en el núcleo tiene forma de cubo y otra que argumenta que en la parte más interna la física solo hace posible el hexágono. Este trabajo parece inclinarse por la configuración cúbica en la parte más interna del núcleo y la hexagonal en zonas más externas, explica Murizio Mattesini, catedrático de física de la Tierra e investigador del instituto de geociencias especialista en la estructura interna de la tierra.
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