Este increíble hecho lo han llevado a cabo el equipo dirigido por la profesora Magdalena Zernicka-Goetz empleando este tipo de células que permiten crear todos lo tipos de tejidos del organismo, permitiendo haber ido progresando a través de las etapas de desarrollo del corazón y cerebro, así como de otros órganos vitales para el embrión como el saco vitelino que permite obtener los nutrientes necesarios. Sin embargo, en esta ocasión, se había obtenido un corazón que comenzaba a latir y un cerebro bastante desarrollado.
Por otra parte, aunque este ha sido un gran avance, la mayoría de estructuras se han desarrollado de forma incompleta o dañada.
Pero después de diez años de experimentación, esto va a ser muy útil para conocer las razones por las que, en los humanos, algunos embarazos se desarrollan correctamente mientras que otros fracasan, ya que se sabe que en un embrión existen tres tipos de células madre que desarrollan el embrión enviando señales mecánicas y químicas entre ellas, permitiendo un buen desarrollo embrionario. Y si esto no ocurre lo más probable es que ocurran malformaciones, enfermedades...
También se ha visto que este experimento serviría para reparar y desarrollar órganos humanos sintéticos que podrían ser usados en trasplantes. Así como para estudiar lo mecanismos del neurodesarrollo, ya que poco a poco se creará algún embrión en el que se haya conseguido generar un cerebro entero.
La profesora Magdalena comenta que este experimento supondrá un gran avance en la salud humana, pero realmente no se saben que efectos en el desarrollo puede tener en embriones humanos, pudiendo causar gran impacto social, por ello es importante considerar las consecuencias y aspectos morales y éticos del experimento.
Fuentes: El Periódico de España, El Diario
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