domingo, 17 de abril de 2022

EL HONGO CON MILES DE TIPOS DE APAREAMIENTO

El público no suele conocer el sexo en hongos, de hecho, es bastante desconocido para ellos. Realmente la reproducción sexual de estos organismos se lleva a cabo por la unión de núcleos sexualmente compatibles para la posterior producción de esporas recombinantes.

En las personas el sexo está definido por los cromosomas X e Y, lo que nos da en teoría solo un 50 % de probabilidades de hallar una pareja compatible. Con la ayuda del oído, la vista, entre otros sentidos, se incrementan las posibilidades de reproducción. En cambio, los hongos no tienen oídos, ni ojos ni otros órganos que les beneficien, pero tienen un sistema de apareamiento mucho más complicado que casi asegura el triunfo cuando mandan sus esporas en busca de una pareja.

En este caso determinado, la cantidad de tipos de apareamiento depende de si estos están determinados por dos loci con dos o más alelos (donde se determina la compatibilidad reproductiva y que define el tipo sexual), o por numerosos loci con cientos de alelos que dan como resultado varios miles de tipos de apareamiento distintos.

En los hongos poroides del género Trichaptum el sistema de apareamiento es tetrapolar (aparecen varios factores determinantes) con varios alelos, y el tipo de apareamiento se decide por dos loci diferentes en el genoma.

Después de recoger muestras de 180 individuos de estos organismos por todo el mundo, los científicos dirigidos por el español David Peris reconocieron más de 20 alelos en cada uno de los loci, lo que suma en total 17.550 tipos de apareamiento para este género de hongos, según se recoge en un nuevo estudio, publicado en la revista PLoS Genetics. El 98 % de las veces podrán encontrar una pareja compatible. Además, hay una gran variación de genes en estos dos loci de apareamiento.

Este grupo de hongos ha desarrollado un mecanismo sexual que reduce la endogamia, conocida en los humanos como consanguinidad, gracias a que la selección natural lo ha permitido. Esto puede tener efectos perjudiciales en ambientes variables como en los que vivimos hoy en día por el cambio climático.

Este nuevo sistema permite que los cruces sean más habituales entre individuos no emparentados, lo que les da cierta ventaja adaptativa en ambientes más desfavorables. Un tipo en especial de selección, la balanceadora o estabilizadora, que lleva actuando antes de la aparición de algunas especies recientes de hongos, ha posibilitado que estos tengan más de 16.000 tipos sexuales. Este número es muy alto si lo comparamos con el de los humanos, que solo existen dos (hembra y macho).

Los hongos Trichaptum no son los únicos que tienen un número tan grande de tipos de apareamiento, como señalaban estudios anteriores, sino que es común en estos hongos en general.

Cuando encuentren una pareja compatible con un tipo de apareamiento distinto, el resto del genoma posiblemente también sea diferente, por lo que conseguirán una nueva combinación de alelos. Si las condiciones del entorno varían y es necesario generar diversidad para adaptarse a estas nuevas condiciones, la mezcla de alelos diferentes incrementará sus posibilidades de supervivencia.

Para poder llegar a estas conclusiones, los científicos se hicieron con la secuencia completa del genoma de las muestras que se recogieron, de ahí sacaron los loci y compararon qué genes y qué versión tenían. De esta manera pudieron predecir cuáles deberían poder aparearse y cuáles no. El apareamiento real lo comprobaron en el laboratorio.

Fue una buena manera de confirmar los resultados. Se pusieron juntos de dos en dos en una placa Petri, de manera que se pudo observar fácilmente en el microscopio cuáles se habían apareado.

Este estudio forma parte de un proyecto más grande en el que los investigadores intentan identificar las barreras que impiden a los hongos aparearse. Para ello se necesitaba esta información de base sobre cómo se aparean habitualmente.

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