Se descubre una nueva capa protectora del cerebro cuya función es protegerlo.
No hace mucho se han dado avances en la investigación del cerebro humano. Estos avances han permitido estudiar el cerebro humano vivo con un detalle inimaginable, hasta el punto de encontrar un nuevo componente anatómico del cerebro que actúan como barrera protectora y como plataforma desde donde el sistema inmunitario vigila el cerebro en busca de infecciones o inflamaciones.
La investigación es el resultado del trabajo de los laboratorios de Maiken Nedergaard, codirectora del Centro de Neuromedicina Traslacional de la Universidad de Rochester, en el estado de Nueva York, en Estados Unidos, así como de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, y de su catedrático de Neuroanatomía, el doctor Kjeld Møllgård.
Este estudio ha logrado avanzar más a fondo en el campo de la neurociencia, incluyendo el detalle de las muchas funciones críticas de las células glía y el proceso de la eliminación de residuos, el cual ha sido llamado sistema glinfático.
«El descubrimiento de una nueva estructura anatómica que segrega y ayuda a controlar el flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR) y nos proporciona una apreciación mucho mayor del sofisticado papel que desempeña no solo en el transporte y la eliminación de residuos del cerebro, sino también en el apoyo a sus defensas inmunitarias», señala Nedergaard.
El estudio se centra en las capas que envuelven el cerebro, las cuales mantienen el cerebro bañado en LCR (líquido cefalorraquídeo).
La comprensión tradicional de lo que se denomina colectivamente capa meníngea identifica las tres capas individuales, explica la Universidad de Rochester en un comunicado.
La nueva capa descubierta divide el espacio de dos de estas capas en dos compartimentos y parece separar el líquido cefalorraquídeo «limpio» del «sucio». La han denominado SLYM, abreviatura de Subarachnoidal LYmphatic-like Membrane.
Gracias a esto, se ha llegado a pensar en el papel de la SLYM en el sistema glinfático, que requiere un flujo e intercambio controlados de LCR, permitiendo la entrada de flujo fresco y eliminando del sistema nervioso central las proteínas tóxicas asociadas al Alzheimer y otras enfermedades neurológicas.
La SLYM también podría participar en las defensas del cerebro. El sistema nervioso central mantiene sus propias células inmunitarias, y la integridad de la membrana impide la entrada de células inmunitarias externas.
El descubrimiento de la SLYM nos abre las puertas a un mayor estudio de su papel en la enfermedad cerebral.
Fuentes:
Infosalus,
La Razón
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