Las plantas con flores, o angiospermas, han evolucionado bastante y representan la gran mayoría de todas las especies vivas. En la historia han superado a muchas otras plantas, de la forma en la que lo hicieron siempre ha parecido un misterio. Para ello, han investigado para saber un poco su evolución con el paso del tiempo, una investigación sugiere que se debe al tamaño del genoma, y cuanto más pequeño mejor. Todo esto tiene una razón, por tanto, Charles Darwin lo llamó un misterio abominable. El investigador Simonin junto a su amigo Adam Roddy se preguntaron si el tamaño del material genético podría ser importante.
Los investigadores dicen que la reducción del genoma ocurrió solo en las angiospermas, esto se debía a que eran el grupo más grande de la Tierra y ahora se sabe el por qué han tenido tanto éxito.
Esto es un ejemplo de una planta llamada Digitalis purpurea es una planta de la familia Scrophulariaceae que presenta un ciclo de vida bianual, es decir, viven dos años. El primer año germina y produce una roseta de hojas basales, y el segundo año desarolla un tallo de entre 0,5 y 1,5 metros en cuyo extremo, durante los meses de verano, aparece un racimo de flores con aspecto tubular. Ahí, en la forma de sus flores, donde reside la clave de esta historia. Ese tesoro que para muchos de los organismos es el polen, está reservado solamente para aquellos que consiguen acceder a la profunda y estrecha carola de la flor. La clave está en la estructura bucal del polinizador. En este caso sus flores son polonizadas por abejorros de género Bombus, Lis cuales poseen una larga lengua con la que pueden acceder al polen.
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