Además de todos estos beneficios, la velocidad de creación de la prótesis 3D es otra ventaja, necesita mucho menos tiempo para producirse. Este factor es determinante, ya que agilizaría mucho las interminables listas de pacientes que necesitan órganos donados. La prótesis se puede crear en 2 horas y media, aunque después se debe llevar a un oftalmólogo para pulirla y adaptarla. Este proceso tarda entre 2-3 semanas frente a las 6 semanas o más que suele durar el proceso de fabricación de las prótesis comunes. La imagen en 3D generada de esta prótesis ocular, se mandó a Alemania para ser impresa antes de ser enviada de regreso al Reino Unido, donde fue terminada por un oftalmólogo del Hospital Moorfields Eye. El profesor Mandeep Sagoo, líder clínico del proyecto en el Hospital Moorfields Eye y profesor de oftalmología y oncología ocular en el University College de Londres, expresó en un comunicado su emoción por el potencial del nuevo método de desarrollo. Es un fantástico avance, ya que se aproxima que más de 8 millones de personas en todo el mundo llevan una prótesis ocular y en los últimos 50 años no se habían desarrollado avances significativos.
Algunos de los logros que se han realizado en el ámbito de impresión 3D de células, órganos y sobre todo tejidos son:
En 2012, una mujer belga de 83 años recibió su primera mandíbula producida por una impresora 3D, mientras en 2013 se obtuvieron los primeros tejidos artificiales que se comportan como vivos. Para crear tejidos se deben utilizar biomateriales compatibles con el organismo del cuerpo humano, intentando reducir al mínimo la posibilidad de rechazo. Suelen ser polímeros biodegradables de gran utilidad.
En 2014, fue el turno de la tráquea impresa a partir de células del paciente. En este año también se produjeron los primeros bronquios artificiales y los vasos sanguíneos sintéticos.
La impresión 3D triunfó en Italia en octubre de 2019, en el Instituto Ortopédico Rizzoli di Bologna, fue reconstruido un tobillo entero con una prótesis impresa hecha a medida en un paciente de 57 años.
Estas son algunas de las muchas prótesis que se han realizado a lo largo de estos años, manteniendo siempre como objetivo la producción individualizada y personalizada de cada paciente. Además, esta técnica podría acabar por completo con los ensayos clínicos en animales, gracias a la creación de modelos reproductibles de tejido humano. También fomenta el uso de la medicina regenerativa, la bioimpresión puede producir tejidos complejos que reparan las zonas afectadas del paciente. Aun así, un inconveniente es que la posición de las células 3D es muy complicada, ya que se mueven dentro de las estructuras impresas y pueden llegar a romperlas con facilidad. Pero permiten incorporar los nutrientes al resto del cuerpo y la circulación de la sangre.
Está claro que la medicina va ligada a la tecnología, y en un futuro estos métodos, como la bioimpresión, facilitarán la investigación de nuevas enfermedades.
Fuente: El Mundo, Medicina y Salud, Infotecnovisión, Ámbito