La gripe aviar está muy extendida por Asia, África, Europa y parte de América, esto supone una gran amenaza a las especies de aves silvestres, por lo que los científicos creen que
podría pasar a los humanos y
convertirse en una nueva
epidemia, por
lo que se realizarán muchas
investigaciones para combatirla; a
través de la edición genética para
criar pollos que
sean resistentes a la enfermedad, este
objetivo puede estar
más cerca.
En el Instituto
Roslin de la Universidad de Edimburgo,
el mismo centro
de investigación animal que
creó la oveja Dolly, utilizaron
tecnología de edición genética para
crear pollos resistentes a las
infecciones de gripe aviar.
El virus, que
es mortal para
las aves y causa enormes daños
económicos en todo el mundo
y, en algunos casos, puede infectar y
matar a los humanos, ha demostrado ser
difícil de alcanzar con
una vacuna, que
cambia rápidamente las proteínas de su superficie
que permiten al sistema
reconocer el sistema inmunológico.
Un estudio
publicado en la revista
Nature Communications concluye que
editar una
proteína necesaria para
el desarrollo de la gripe
aviar en pollos y eliminar
dos genes asociados a ella en sus
células evitará que el virus
se propague entre animales. Las alteraciones de estos genes ofrecen protección y sugieren que hay un cambio para la producción de aves de corral resistentes a la gripe. La influenza de la proteína A requiere la proteína ANP32A de las células de pollo
para replicarse. Un equipo
de científicos, dirigido por el
investigador Mike McGrew, utilizó la tecnología de edición CRISPR
para modificar
un gen productor de proteínas en las
células germinales de pollo,
permitiendo que los pollos transmitieran
el cambio a su descendencia.
De esta manera, los animales casi
nunca se infectan y quedan protegidos de infectar posteriormente a otros pollos. En un experimento, se dieron dosis del virus normal y fueron afectadas 1 de 10 aves. En
pruebas posteriores, cuando recibieron
dosis mil
veces mayores, cinco de cada 10 se infectaron. Se afirma que las aves no mostraron cambios en su salud y bienestar tras ser modificadas.
La edición genética
también ayudó a limitar la propagación
del virus a uno
de cada cuatro
pollos no transgénicos en la misma
incubadora. No hay transmisión a aves genéticamente editadas.
Después de las pruebas de laboratorio, los científicos también
descubrieron que algunas mutaciones
permitieron que el virus
usara la versión humana de ANP32, pero
su replicación en cultivos de células respiratorias humanas seguía
siendo baja. Se necesitarían cambios genéticos adicionales para que el virus infecte y se propague en los humanos.
Entonces, para
evitar que
surgieran virus de escape,
el equipo apuntó a continuación a
otras partes del ADN responsables de producir
las tres proteínas de laboratorio. En
cultivos celulares de laboratorio, se bloqueó con
éxito el crecimiento del virus
en los tres tipos de células editadas
genéticamente. Esta edición genética proporcionó protección.
Hace unos años, la científica del Imperial College de Londres, Wendy Barclay, autora de este estudio también, aisló la proteína, dando lugar al primer paso de crear estos pollos.
En un futuro, se intentará desarrollar pollos modificando los tres genes. El estudio da importancia a una edición genética responsable y a la necesidad de estar alerta a risgos de impulsar la evolución viral.
Fuentes: ElPaís, Animal´s Health, El Español