Investigadores han logrado un avance
significativo al
transformar genéticamente la mosca de la fruta para que pueda reproducirse sin la necesidad de
aparearse con un macho. Este hallazgo, detallado en un estudio publicado en la revista
Current Biology, revela que una vez activada esta capacidad, se
transmite de generación en generación.
Este fenómeno,
conocido como
partenogénesis, implica que las hembras pueden producir descendencia por sí
solas si no hay machos presentes. Aunque este proceso es raro en animales que normalmente se reproducen sexualmente, los científicos han identificado los genes
responsables y han logrado inducir este comportamiento en la
mosca de la fruta,
Drosophila melanogaster.El estudio, dirigido por la
bióloga del desarrollo
Alexis Sperling de la
Universidad de Cambridge, se basó en la observación de
casos naturales de
partenogénesis en diferentes especies animales, incluidos
tiburones sierra de Florida y
cóndores de California. Sperling y su equipo se propusieron
comprender mejor este fenómeno y
determinar si podían reproducirlo en un organismo modelo como la mosca de la fruta.
Utilizando técnicas de
modificación genética, los investigadores identificaron
tres genes clave involucrados en el proceso de partenogénesis y los
manipularon en la mosca de la fruta. Descubrieron que después de un período de tiempo sin la presencia de machos, las moscas modificadas genéticamente desarrollaron la
capacidad de reproducirse sin necesidad de apareamiento.
Sorprendentemente, esta capacidad se transmitió a las generaciones
posteriores, lo que indica que la modificación genética fue
heredable. Este avance no solo proporciona una comprensión más profunda de los mecanismos genéticos subyacentes a la reproducción asexual, sino que también podría tener implicaciones en la
gestión de plagas agrícolas.
Por ejemplo, Sperling señala que algunas plagas de insectos podrían volverse más
dependientes de la partenogénesis como estrategia de supervivencia, lo que podría complicar los esfuerzos de control de plagas en la agricultura. Además, el estudio reveló que aproximadamente el
1-2% de la segunda generación de moscas hembras con la capacidad de parir
vírgenes produjeron descendencia mediante partenogénesis, pero solo cuando no había moscas macho alrededor. Esto sugiere que el cambio hacia la reproducción asexual podría ser una estrategia de
supervivencia en ciertas condiciones ambientales o en ausencia de machos disponibles para el apareamiento.
Los investigadores planean ahora dirigir su atención hacia la
comprensión de cómo la partenogénesis podría influir en la
evolución de las plagas agrícolas y cómo ciertos factores ambientales podrían
promover este tipo de reproducción en insectos. Este enfoque podría ser crucial para desarrollar estrategias efectivas de
control de plagas en la agricultura y para comprender mejor los mecanismos evolutivos que
impulsan la reproducción asexual en el reino animal.