Los hongos también tienen reproducción sexual, pero no de la misma manera que la que tienen las plantas y los animales. En los hongos no hay un gameto grande e inmóvil es decir, un gameto femenino (como los óvulos en los animales o las semillas en las plantas). Y tampoco hay un gameto pequeño y móvil, es decir, un gameto masculino (como el espermatozoide en los animales o el grano de polen en las plantas).
Muy al contrario, los hongos tienen un sistema de reproducción sexual muy distinto que no distingue machos de hembras.
La forma más conocida de reproducción asexual es mediante esporas. Las hifas del hongo (los filamentos que forman el ser vivo) forman un cuerpo carpóforo, las setas o pelillos del moho, que contienen esporangios.
Mediante la mitosis celular, el esporangio produce esporas que son, genéticamente iguales al hongo original, clones. Estas esporas son liberadas al medio y más tarde de ellas germinan nuevos filamentos, nuevas hifas, que darán lugar a nuevos hongos, genéticamente idénticos a su ancestro.
Este ciclo de vida, que es simple y eficaz, tiene muchas ventajas, es rápido y barato energéticamente.
Todas las células de los hongos que se reproducen de esta manera son células haploides (que solo tienen un juego impar de cromosomas).
El inconveniente de esto es la ausencia de variabilidad genética. A no ser que se origine alguna mutación en algún momento del proceso, todos los descendientes serán idénticos a sus progenitores.
Y si hay algún inconveniente que afecte de forma negativa a estos hongos, a toda la población le afectarán los cambios, debido a la homogeneidad.
Para resolver este problema, los hongos, algunas veces, alternan generaciones haploides con alguna generación diploide. Pero no todos los grupos de hongos lo hacen del mismo modo. Algunos lo hacen de forma bastante intuitiva y otros utilizan estrategias más sorprendentes.
Están los hongos mucorales, que no llegan a la formación de esporas. Cuando un filamento se encuentra con otro de otro sexo diferente (dos células haploides), se unen, formando una zigosgora diploide, que después de la meiosis, formará esporas haploides distintas genéticamente y que después de germinar formarán nuevos hongos.
Pero también existen formas de reproducción asexual.
Está la gemación, la cual se ejecuta a través de esporas asexuadas (mitoesporas) que se generan por mitosis. Hay hongos que producen un solo tipo de esporas y otros producen varios tipos durante su vida.
Está la gemación, en la que el hongo forma una yema que se multiplica por mitosis y por último se separa del progenitor para formar una vida independiente, como un nuevo organismo.
Está la fisión de células somáticas (propia de las levaduras) en la que la división mitótica de una célula madre origina una célula hija idéntica.
Y por último, está la fragmentación del soma, en la que un segmento del micelio del hongo "madre" se separa en un nuevo individuo.