El positivo fue diseñado y llevado a cabo por ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y del Instituto Tecnológico de California (Caltech). Este avance podría ayudar a los médicas a detectar trastornos en la motilidad del aparato digestivo con mayor facilidad, además de hacer posible un seguimiento diario de los pacientes por su cuenta.
Este sensor, de 3,8 cm aproximadamente, es ingerible y está equipado con bacterias que pueden detectar problemas gastrointestinales, hemorragias o estreñimiento entre otros. Las bacterias utilizadas son de un grupo llamado hemo, formado por distintas proteínas entre las que destaca la hemoglobina. Los microbios están combinados con pequeñas piezas tecnológicas, como una batería de 2,7 voltios, que haría posible su funcionamiento durante más de 1 mes sin interrupción.En su última investigación, descubrieron la manera de rastrear el sensor mientras recorría el cuerpo del paciente, con una bobina electromagnética ubicada fuera del cuerpo que crea un campo magnético con el sensor. Este campo electromagnética se controla desde un ordenador, y así se puede medir el problema gastrointestinal y su ubicación. Esto sería una posibilidad para sustituir otros procedimientos más invasivos como la endoscopia.
Los investigadores realizaron un pequeño experimento colocando la cápsula en el interior del estómago de un animal grande y lo monitorearon en su recorrido por el aparato digestivo durante varios días.