Son minúsculos fragmentos de plástico que miden unos 5mm y que se encuentran en todos los lugares, desde la profundidad de los océanos hasta territorios aislados en el Antártico.
Al estudiar el tubo digestivo de dos especies de pájaros marinos del Atlántico, el fulmar de norte y la pardela cenicienta, los investigadores constataron que las minúsculas partículas dañan su microbioma, estas especies dependen de una dieta moluscos , crustáceos y pescados marinos.
El estudio muestra un aumento de los microbios resistentes a los antibióticos y revela que algunos tipos de microplásticos podrían también liberar sustancias químicas que perturban el microbioma intestinal de los pájaros.
''Hasta el momento, ha habido una investigación limitada que aborda si las cantidades de microplásticos que existen en el ambiente natural tienen consecuencias nocivas para el bienestar de los microbios intestinales de las especies afectadas'', comentó Gloria Fackelmann, que realizó el estudio como parte de su tesis doctoral.Mientras más ingiera el pájaro microplásticos, más disminuyen las bacterias gástricas, en su mayoría benéficas, y proliferan los agentes potencialmente patógenos.
''A medida que la cantidad de microplásticos en los intestinos aumentaba, la presencia de bacterias comensales se reducía. Las bacterias comensales tienen un rol esencial, al proveer nutrientes vitales a sus anfitriones y ayudar en la defensa contra los patógenos oportunistas. Las alteraciones en estas comunidades microbianas pueden afectar a varios procesos relacionados con la salud, y potencialmente dar pie a enfermedades en el anfitrión'' explicó Fackelmann.
''A través de nuestro examen los animales en sus hábitats naturales, nuestra investigación demuestra que las alteraciones en el microbioma pueden ocurrir a unas concentraciones más bajas, que ya son prevalentes en el mundo natural'', añadió Gloria.
Fuentes: El Tiempo, Simhcottumwa.