La filtración es un común modo de alimentación para algunas especies de sistemas acuáticos. En general, involucra a un animal que está en movimiento en el agua y de ella extrae algunos pequeños organismos, como el krill o el plancton, usando mecanismos que funcionan como un filtro o un tamiz. Por ejemplo, los peces que se alimentan por filtración, como los tiburones peregrinos, utilizan sus branquias para retener los alimentos que captan del agua, mientras que otros como las ballenas tamizan el material con sus barbas.
Hasta la fecha, la falta de las características presentes en los fósiles nunca había suscitado la idea de que algunos reptiles marinos del Mesozoico pudieran haber obtenido el alimento a través de este mecanismo.
El hallazgo de un antiguo reptil marino encontrado en la provincia de Hubei, el Hupehsuchus nanchangensis, ha descolocado a un equipo de científicos del Servicio Geológico de China. Estos científicos creen que la alimentación de esta especie era similar al de algunos cetáceos modernos.
El análisis del par de cráneos descubiertos representan un ejemplo de evolución convergente, es decir, las características similares evolucionan de forma diferente en diferentes especies, y nos brindan información sobre la alimentación de algunos antiguos reptiles.
Según las evidencias, se puede apreciar la presencia de una estructura posiblemente dedicada al filtrado. El autor principal de estos estudios, Long Cheng y sus compañeros, sugieren que el Hupehsuchus nanchangensis podría haber sido un filtrador similar a algunas ballenas modernas de la actualidad.
Los dos especímenes fueron descubiertos en la Formación Jialingjiang, del Triásico Inferior, en la provincia de Hubei. Uno de ellos se encontraba muy bien conservado desde la cabeza hasta la clavícula y el otro estaba casi completo. Según los resultados de los estudios, los cráneos de esta primitiva especie poseían un hocico inusual y desdentado, con dos huesos largos en la parte superior del cráneo que actuaban como marco de un espacio estrecho. También podían observar la mandíbula inferior estrecha y débilmente conectada con el resto del cráneo, esto le habría permitido expandir su cavidad bucal para acomodar grandes bocanadas de agua.
Según los investigadores, esta especie probablemente era un nadador lento debido a la rigidez de su cuerpo, lo que significa que podría haberse alimentado de manera similar a las ballenas francas o de Groenlandia.
Fuentes: Vista al Mar, National Geographic