Se hizo un seguimiento durante 12 meses y ninguna persona murió ni experimentó efectos secundarios graves, ya que los que se notaron fueron temporales. La mayoría de los pacientes necesitaban silla de ruedas al principio y estaban muy dañados, pero con el tratamiento no mostraron signos de ninguna recaída y no estuvieron peor de lo que estaban al principio. Los investigadores señalan que este tratamiento no tiene signos de progresión, pero que es dificil confirmarlo debido a la discapacidad tan alta que presentaban los pacientes.
Los investigadores realizaron un estudio del tejido cerebral y descubrieron que si se inyectaban más células madre, había una menor reducción de este tejido, también se realizó un estudio para ver si había un efecto neuroprotector en los pacientes y observaron que el metabolismo cambiaba después del tratamiento. Midieron los líquidos que rodean al cerebro y la sangre, lograron descubrir signos relacionados con la forma en que el cerebro procesa ácidos grasos y que si la dosis de células madres era mayor, también lo era la cantidad de ácidos grasos que había, estos persistieron el año de pruebas.
Hubo más codirectores en el estudio, por ejemplo Angelo Vescovi, señala que se han necesitado más de tres décadas para un estudio así, y este servira como ejemplo para futuros proyectos complejos, misma opinión que Caitlin Astbury ( directora de Comunicaciones de investigación de la MS Society ) añadiendo que esta interesante investigación está financiada por ellos, también añade que sigue siendo una investigación pequeña y que hacen falta más ensayos clínicos para seguir adelante, aunque no deja de ser un descubrimiento alentador.